Nos sacaron del mundial y el país quedó en un silencio total. Nos mataron a los líderes sociales y el país quedó en un silencio total. Y esto pasa con muchos problemáticas en Colombia: se mueren los ciudadanos en las clínicas o los niños indígenas por desnutrición y todo queda en silencio.
Es como si una fuerte llamarada de indignación se encendiera cada vez que hay una flagelación contra los derechos humanos, pero se apaga rápidamente por la inmediatez y banalidad de las redes sociales y medios de comunicación.
Pasaron las semanas y aún el gobierno no tiene cifras exactas de los líderes sociales asesinados en Colombia en los últimos años, y ningún ministro o funcionario dijo algo concreto y veraz frente a este crisis de violencia.
Los medios de información y los portales de noticias emiten diversas cifras, pero no se conoce con exactitud el número de víctimas. Según la información recogida por la Defensoría del Pueblo han sido masacrados 311 líderes sociales desde 2016 hasta la actualidad, mientras que la investigación de Indepaz arrojó un total de 124 líderes sociales asesinados en lo corrido del año 2018.
Sin embargo, en las primeras semanas de julio se registraron nueve homicidios en diferentes departamentos, como en Antioquía, Atlántico, Chochó y Nariño.
Estas cifras inconclusas generan un aire de incertidumbre en toda la nación. Por un lado, no se sabe quién y por qué los están matando, y aunque para muchos ciudadanos la respuesta es evidente, hay quienes prefieren quedarse callados para no contar con la misma suerte que los líderes.
Y además de esto, la información incompleta que ofrecen las entidades y los medios de comunicación, no permiten que la problemática se visualice con precisión, lo cual genera más zozobra y confusión.
El viernes 6 de julio, los colombianos realizaron una velatón en las ciudades principales como Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Manizales y Villavicencio. Sin embargo, esto no parece hacer mella en el polémico caso de los homicidios. Aunque demuestra que la gente cada vez se une más por las causas sociales, no queda claro si lo hacen por una verdadera sensibilidad o por el simple auge mediático que genera la noticia de turno en los medios.
El apoyo frente a estas temáticas se vuelve fugaz, como cualquier moda y resulta inoficioso al momento de aportar una solución real. Es decir, hicieron la velatón, pero la respuesta del gobierno nunca llegó. Como quien dice: prendan las velas que quieran que igual no les vamos a decir nada.
Y parece que en tan solo una semana ya todos nos olvidamos de los líderes sociales caídos. Uno acá en Colombia no necesita terminar con la novia para quedar entusado porque para eso tiene la realidad del país. Nos dejaron como a la Selección en el Mundial de Rusia: callados y llorando. Y aún no encontramos la estrategia para evitar que el gobierno nos siga haciendo goles. ¿Algún día el pueblo saldrá ganando o habrá que esperar hasta el próximo mundial? Es mejor no hacerse ilusiones.
