Cada día vemos con más acierto que somos animales de costumbre. Así como nos acostumbramos a la violencia hasta el punto de decir NO a la terminación de un conflicto armado de más de 50 años que solo acabó con gente que se obligó a participar de la guerra en ambos bandos, pues el bando legal obliga a los pobres a participar del servicio militar y la insurgencia secuestra jóvenes para meterlos a pelear una guerra que no es de ellos.
Ahora mismo está en su esplendor el escandaloso flagelo de la corrupción. Y sucede algo muy curioso: más de medio Colombia la acepta y en algunos casos la justifica.
Tenemos 3 casos fresquitos: REFICAR, EL EXPROCURADOR Y LA CONTRALORÍA.
En candente debate, la senadora de la Alianza Verde, Claudia López, denunció que la corrupción en la construcción de la Refinería de Cartagena supera ampliamente los hechos grandes registrados como Agro Ingreso Seguro o el desfalco de los Nule, entre otros.
REFICAR supera por miles de pesos a esos actos de corrupción. Tendrán que responder ante los órganos de control. “Aquí no estamos hablando de un problema de sobrecostos, aquí estamos hablando de corrupción y esa coordinación de mala gerencia, de decisiones interesadas y de actos deliberados de corrupción”, manifestó.
La senadora dijo que le quiere recordar a los colombianos “que el desfalco y la corrupción de REFICAR nos ha costado a los colombianos tres veces más que Agro Ingreso Seguro, que el descalabro de la Empresa de Energía de Pereira, el descalabro de Coomeva, el descalabro de Transmilenio, el descalabro de la vía Bogotá Girardot, el descalabro de los recursos parafiscales de la salud, el descalabro de Caprecom y el de Saludcoop”.
Indicó que todos esos desfalcos sumados superan en tres veces lo de REFICAR, “sin duda es un acto combinado, de mala gerencia, sobrecostos y de corrupción”, insistió.
Y es que el desfalco de REFICAR supera los 12 BILLONES DE PESOS y los colombianos ni se enteran aún, pues los grandes medios han mantenido este escandaloso desfalco en el anonimato y quienes se enteran lo asumen con resignación. En cualquier otro País del mundo esto sería tan escandaloso como el vil asesinato de la niña Yuliana. Pero en Colombia nos acostumbraron a la CORRUPCIÓN.
El segundo caso es el del exprocurador Ordoñez. Un personaje, un servidor público al mando de La Procuraduría General de la Nación que es un órgano de control autónomo que se encarga de investigar, sancionar, intervenir y prevenir las irregularidades cometidas por los gobernantes, los funcionarios públicos, los particulares que ejercen funciones públicas y las agencias del Estado Colombiano. Es el órgano director Ministerio Público y está a cargo de garantizar los derechos colectivos de la ciudadanía, actuando en representación de la sociedad civil. Pues el señor Ordóñez se le ha dictado la Declaratoria de Nulidad de la Elección por haber violado el régimen de Inhabilidades e Incompatibilidades, o sea por corrupto. Y somos tan conchudos que saca muchos votos si se lanza a la siguiente contienda presidencial.
Y el tercer y último caso es el colmo de la novela política que estamos viviendo los colombianos con Gustavo Petro y la Contraloría que lo juzga y lo somete a pagar una sanción de $217.000 millones por subsidiar las tarifas de Transmilenio a los más pobres de la capital.
El más ignorante en temas políticos puede deducir que esto no es otra cosa que una persecución política perpetrada por un pre candidato a la presidencia con cuota política en ese organismo también de control que ha puesto sanciones inferiores a CORRUPTOS como los Nule y el ex alcalde Moreno. “El mundo al revés”, Petro alivia subsidios a los pobres, pone presos a los corruptos y sale inhabilitado a la próxima contienda presidencial; y el procurador corrupto con el vicepresidente manipulador caen parados para ser cualquiera Presidente de Colombia.
Tenemos los políticos que nos merecemos como lo estamos viendo en “Colombia Corrupta” de Séptimo Día del canal caracol y esto va para largo, pues “NOS ACOSTUMBRARON A LA CORRUPCIÓN”.
@retroncoso