Ante el depresivo panorama de Norte de Santander, la solución paciente y por de más inteligente que le queda a la sociedad es la estrategia educativa. Potenciar una región en medio de una competencia de tan altas dinámicas y con solventes recursos académicos en sus propias universidades, empresas, Instituciones y en la juventud enviada al exterior jalonada por una economía y sociedad global tiene una pre requisito: auto renovarse en principios, valores, arraigo y pertenencia.
Tenemos que lograr que Juan y Amelia en la vereda Nieves o Pachelly, marginados de toda renovación y prosperidad, o Ricardo y Margarita en el centro poblado, cargado de cinturones de miseria, sea adapten al mundo contemporáneo y participen en la lucha de la economía global, de los premio Asturias, Casa de las Américas o el Nobel, compitiendo actualizados con base en su arraigo, con orgullo por sus raíces, sin miedos o tabúes que no se compadecen en los equipos y empresas del siglo y la sociedad que los rodea.
Las huellas dejadas por las 2 últimas administraciones tanto de Alcaldías como de las 2 gobernaciones son de un balance lamentable de desaciertos, corrupción, desaparición del erario sin obras ni logros a la vista. Un despilfarro y un avance de la desmoralización que corroe principios, valores y desanima a quienes creen que estudiando, trabajando y siendo honrados y útiles se llega lejos.
Es descomunal el desafío por enfrentar porque lo primero que debemos pensar es cual método escoger: aprendizaje basado en resolución de problemas, o en enfrentar retos. Por resolución de problemas para que el alumno modifique actitudes, aprenda nuevos conocimientos, e interrelacione nuevos ya prendidos. Sea versátil a estructurar temas con una visión interdisciplinaria, en varios contextos, reforzando su responsabilidad, capacidad de análisis y la toma de decisiones, con lo cual se verá en escenarios de identificación de necesidades y de oportunidades, animando su creatividad y su autonomía para buscar respuestas, soluciones, apoyarse en recursos, instrumentos, equipos, o incorporar información y tecnologías que le sean útiles para actuar corrigiendo, innovando y triunfando en un ambiente que le era antes hostil.
Este proceso se adecua mucho a la situación real del departamento en la etapa escolar pero surge el gran inconveniente falta un plan único regional de educación que responda al diagnóstico de la situación, reconozca la precariedad y el atraso en que se mueve tanto el gobierno regional como las entidades y la comunidad que dice gobernar.
La alternativa de implementar una proceso por retos aplica la identificación del diagnóstico, sus problemas, necesidades, recursos, y posibilidades, para necesariamente entrar a organizar grupos, distribuir el trabajo o frentes de atención, y desencadenar su estudio para proponer proyectos que sitúen en otro estadio la comunidad afectada tomen el bagaje aprendido en toda época y busquen como afinar financiamientos, instrumentos o medios de operación, totalizar una teoría de su propia estrategia, con perfiles, objetivos, metas, límites y alcances siendo cada unidad una potencial empresa con su proyecto de vida y crecimiento. Esta opción canalizaría las entidades, escuelas y talleres de tecnologías a ser protagonistas y cada vez más importantes en su aporte social y económico. Esta semana los cambios en los gobiernos locales y regional son cambios de listas pero no hay augurios o anuncios que aporten esperanza a cambios e innovación.
Los chicos del milenio, individuos nacidos después del 1991, se muestran reacios a participar en el relevo de la dirigencia y la consideran caduca y corrupta. Crecieron oyendo y viendo de violencias, robos, secuestros, narcotráficos, y fraudes, los valores que humildemente y perseverantes les enseñan sus padres sufren el ataque telúrico de los escenarios negativos que otorga la sociedad alienada, parroquial y aun con alto analfabetismo. Estos chicos tienen mayor afinidad con las herramientas tecnológicas, el comercio y la banca on line buscando otras satisfacciones en sus demandas nada que ver con las convencionales. Son un conjunto de ciudadanos desubicados del contexto tradicional, consumidores destacados por mostrarse diferentes a las generaciones anteriores, en sus hábitos y necesidades en compras, finanzas y relaciones.
Se supone que en los próximos 10 años esta generación tendrá entre 30 y 40 años y, por lo tanto, se convertirá en la fuerza laboral y emprendedora del país. Esto los convierte en los principales objetivos del marketing comercial, político y financiero. Son más 100.000 bachilleres de los últimos 5 años que buscan su ruta el futuro más halagüeño.
El nivel superior regional debe acoplarse a todas estas demandas del público a incorporar, no puede seguir calcado de los obsoletos que se aplicaron en el pasado originario de las universidades del interior y que en su apertura local son fatuos e inútiles debe aplicar estándares modernos para poder hablar y proclamarse de líderes en sus propuestas académicas y elevar su escalafón. El día que las universidades 10, en la región se declaren abatidas y rezagadas, ese día empezará su propia marcha hacia la modernidad y el presente para sembrar los líderes y el liderazgo que pide a gritos pueblo a pueblo, el Departamento. Carecemos de pro hombres y el mosaico delegado en el congreso y los cuadros ejerciendo localmente manejando este desempleo, pobreza y desorden son el retrato más lánguido al final del 2015 y en colorarlo de la crisis que se agudizará en el inmediato futuro porque no hubo relevo sino cambio de nombres. Debe proyectarse una comunidad a derroteros que reclaman las multitudes y los mercados circulantes hoy. O seguimos en desbandada promoviendo una decadencia desenfrenada en la ignominia y la pobreza de cerca de un millón de ciudadanos que de otra manera podrían estar en la primera fila de los guerreros y triunfadores.