“No voy a permitir que un milímetro esté bajo los grupos al margen de la ley o aislado de las leyes"

“No voy a permitir que un milímetro esté bajo los grupos al margen de la ley o aislado de las leyes"

Continúa la serie ‘Camino a la Alcaldía de Bogotá’ con el candidato Rodrigo Lara. Conversamos sobre propuestas para la ciudad y conocimos pasajes inéditos de su vida

Por: Sebastián Salamanca Paredes
septiembre 01, 2023
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
“No voy a permitir que un milímetro esté bajo los grupos al margen de la ley o aislado de las leyes

Rodrigo Lara, actual candidato a la Alcaldía de Bogotá, logró recolectar más de 200,000 firmas e inscribir su nombre para competir en la contienda electoral por el movimiento Lara Demócrata. Conversamos con él para profundizar en sus políticas de seguridad, tecnología, primera infancia y las anécdotas más importantes de su vida política.

Las 2 Orillas: Rodrigo empecemos este espacio hablando sobre la decisión que usted tomó para lanzarse a la Alcaldía de Bogotá. ¿Qué lo motivó? ¿Por qué este momento?

R.L: Empezó con una pregunta existencial bastante profunda, porque yo estaba viviendo muy tranquilo. Había puesto fin a la política con el paso que di en el Congreso de la República y había empezado un camino por el sector privado. De hecho, monté una oficina de abogados y trabajé en la constitución de una empresa Fintech. Estaba muy feliz allí, construyendo y laborando.

El servicio público es un llamado, es vocacional y nace de algo muy profundo de usted mismo. Hay personas que se preguntan: ¿Cómo una persona puede dedicarle celibato y una vida entera al sacerdocio? Otras personas, como mi señora, se preguntan por qué dejó una vida privada y tranquila para meterme en la azarosa vida política… Por tanto, es un tema netamente vocacional, es un llamado y un anhelo a servir. Hay personas que disfrutamos más dando que recibiendo.

Bogotá es una ciudad fantástica, con buen potencial, pero ha sido maltratada y yo estoy convencido de que es mucho lo que se puede hacer. Trabajar para cerrar las heridas abiertas de esta ciudad, donde la gente no vive, sino que sobrevive; y, donde el trancón de carros se convirtió en el trancón de la vida de la gente, de sus familias y la posibilidad de pasar tiempo juntos.

Las 2 Orillas: Usted comenzó campaña hace seis meses como candidato independiente. ¿Cómo ha sido esa experiencia? ¿Ha sido beneficiosa para usted?

R.L: Totalmente, siento una libertad que no sentía hace muchos años debido a la realidad normativa de los partidos políticos. Yo estuve en uno hace muchos años y no hay manera sencilla de salirse.

El hecho de buscar firmas, desde el 20 de abril, ha sido un proceso diferente, alejado de la comodidad y de ese camino amplio de beneficios que puede ofrecer un partido. Este nuevo camino que elegí lo encuentro más difícil, pero más virtuoso.Es más difícil asumir con independencia una campaña y montar unas listas independientes para JAL y Concejo. Sin duda, la retribución moral es inmensa, sin depender de ninguna decisión o de ningún recurso. Por ello, las alianzas se pueden llevar a cabo de una forma más abierta y libre, sin tener que agachar la cabeza.

Las 2 Orillas: En este momento, la capital de la República cuenta con candidatos que han optado por ser independientes. ¿Cómo marcar la diferencia?

R.L: En efecto, hay muchos temas de marketing en esta contienda electoral. Pero, hay ejercicios diferentes, como el nuestro, en el que llevamos las diferentes necesidades que requiere la campaña.

Diferente a otros candidatos como Juan Daniel Oviedo que, aunque es un buen tipo, tuvo un grupo grande de concejales del Centro Democrático que le recogió las firmas y, actualmente, cuenta con el apoyo de un grupo de empresarios muy poderosos. En nuestro caso es diferente, somos nosotros mismos.

Las 2 Orillas: Usted es uno de los candidatos con menor exposición mediática en este momento con un promedio 132 noticias. ¿Qué piensa al respecto?

R.L: Ahorita es mejor tener un standard de menciones a tener muchas, porque tienden a tener mucho contenido negativo en redes o cuentan con bodegas que les ayudan a posicionar un mensaje. Nosotros, claramente, no tenemos bodegas. Tenemos un movimiento que es totalmente orgánico y genuino. Diferente a Carlos Fernando y  Gustavo Bolívar.

Las 2 Orillas: Candidato, su visión de ciudad es bastante positiva. Le he escuchado decir que la ciudad no se merece lo más barato y que cuenta con un presupuesto óptimo para poder vivir mejor. Luego, entonces, ¿el problema radica en la ejecución?

R.L: Bogotá es muy paradójica porque no es una ciudad pobre, en términos relativos es rica: cuenta con 14 billones de pesos de ingresos corrientes, que se asimila al presupuesto de una ciudad como Madrid (España). En segundo lugar, produce el 25% del PIB del país, pero se queda con un poco menos del 50% de los recursos de Industria y Comercio.

Tenemos recursos, lo que pasa es que esta ciudad ha sido dirigida por politiqueros y mercachifles que han tenido como consigna darle a la ciudad lo más barato. El mejor ejemplo de ello es el sistema de buses. Medellín, a diferencia de la capital, va por la tercera línea del metro.

Aquí nos tienen con el cuento de que es más barato Transmilenio y que cumple con la misma función. No, es una mentira absoluta que han tratado de vender, lavando el cerebro de la gente por parte de unos mercaderes que hacen mucho dinero con este sistema. Todos sabemos cuáles son los nombres, todos sabemos que detrás de ello se encuentra Enrique Peñalosa y que detrás de él se encuentra su candidato Carlos Fernando Galán, que busca continuar con el mismo modelo de su predecesor.

Es una lástima que esa visión nos haya llevado a dónde estamos, a ser considerada la ciudad más congestionada del mundo. Esa connotación refleja que no solo es un problema de vías, representa un fracaso del sistema de transporte público. Es tan malo, lento, ineficaz e inseguro que el que puede se baja de éste y opta por comprar una moto, un carro o una bicicleta.

Las 2 Orillas: En ese sentido, ¿considera que la paupérrima gestión que llevó a cabo Samuel Moreno agravó aún más la situación de la ciudad?

R.L: Samuel Moreno fue tan malo que continuó el sistema de Transmilenio, se lo robó y no gestionó el metro.  Fue doblemente malo, pero él representa también un modelo de ciudad que se basa en este tipo de buses.

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Las 2 Orillas: Hablando de continuidad, ¿Qué rescataría de la administración de Claudia López? ¿Algún plan, programa o proyecto que le gustaría desarrollar en su administración?

R.L: Por supuesto e incluso de Peñalosa. Es decir, yo soy crítico de esta tragedia que vive la ciudad, pero también reconozco cosas, tendría que ser muy obtuso para decir que no. De Claudia, reconozco las Manzanas de Cuidado que fueron puestas en marcha por la Secretaría de la Mujer de Diana Rodríguez. A Peñalosa le reconozco su visión para construir sistemas de gestión de suelo en Lagos de Torca, los modelos de pago parcial, los parques (sin hablar de la privatización de los mismos) y las bibliotecas.

Las 2 Orillas: Rodrigo, en este momento de campaña, muchos candidatos han sacado la bandera de la cercanía con la ciudadanía. Es decir, si son electos, van a gobernar con la gente; afuera del Palacio de Liévano. ¿Qué opina al respecto?

R.L: Yo creo que estar cerca de la gente no significa estar en la calle todo el día, en una estrategia de ‘besuquear’ de la gente. A mí me gusta mucho el modelo de los ediles, es el cargo más romántico y, por tanto, el más cercano a los ciudadanos. Por eso, yo pienso robustecer la inter-ejecución y la capacidad de los mismos. Así, llevar una gestión más cercana a las necesidades en todos los barrios. Dejando eso claro le cuento que sí me gusta mucho salir a la calle a escuchar. Así es como uno encuentra las soluciones para el ciudadano de a pie. Uno tiene que hacer una especie de apostolado en la oreja, para escuchar los problemas, ahí es dónde uno encuentra el camino y la sabiduría.

Las 2 Orillas: Hablando de problemas, los ciudadanos sienten que la inseguridad o la percepción de la misma es una más preocupa en este momento. Una de sus propuestas consiste en cubrir 2200 puntos con cámaras LPR. ¿Cómo estos dispositivos ayudarían a atenuar los delitos?

R.L: A mí me ha sorprendido que en Bogotá están las cámaras para sacarle la plata a la gente por medio de multas, pero no para proteger la vida y el patrimonio. En Medellín existen más de 700 cámaras para rastrear las placas de los vehículos robados o que se utilizan para robar. En Ibagué y en Pereira existen otras tantas, pero en Bogotá ninguna.  ¿Cómo me explicas eso? Una ciudad con tanto presupuesto, considerada como la capital de la República y que resulta en una suerte de desierto tecnológico. Lo cierto es que en los tres últimos gobiernos nacionales nos han quitado policías y muestra de ello es que en este momento tenemos menos que en el año 2016.

La alcaldía de Claudia López y de Enrique Peñalosa no invirtieron un solo centavo en la modernización de los sistemas tecnológicos para combatir la inseguridad: no hay cámaras, no hay drones suficientes para acompañar a los comandos especiales contra los grupos delincuenciales, tampoco tenemos globos aerostáticos para supervisar 24 horas ciertos territorios de la ciudad. El barrio Santa Fe, por ejemplo, es el centro del crimen, donde hay acopio de droga, casas de pique y venta de partes robadas. Lo peor de todo es que no hay ni un solo globo aerostático y, claro, usted va a Santiago de Chile y se encuentra con que el barrio Los Condes cuenta con uno para hacer tarea de supervisión y vigilancia.

Es increíble, aquí hay un desierto tecnológico y salen los candidatos con propuestas burocráticas, con pensamiento del ‘no se puede’, abocado y acomplejado. Salen a decir que eso es imposible, ciencia ficción y Batman. Pero  denotan, en el fondo,  una ignorancia supina porque desconocen lo que ocurre en otras partes del mundo.  Piensan que no se lo merecen o que no son capaces en su propia ciudad, donde vive su propia familia.

Las 2 Orillas: La digitalización es uno de los temas de los cuales más se habla en la empresa privada, pero cómo podría extrapolarse al ámbito público. ¿Cómo empezar la transición?

R.L: Esa es una muy buena observación. En general, de manera transversal, uno observa un atraso tecnológico muy grande en la administración distrital en materia de empresas públicas que no están integradas y que facilita el interés privado de actores particulares. Las TIC’s son un tema fundamental que, de hecho, hemos venido trabajando con Juanita Rodríguez y que necesita un trámite oportuno. Necesitamos crear la Secretaría de las TIC’s, tener un manejo transversal de las tecnologías, de las bases de datos y de la data en general. Yo creo que hay una labor muy importante de modernización, si logramos llevarla a cabo en la ciudad, será mucho más eficaz, saltándose trámites y la gente podrá vivir de una forma más tranquila.

Las 2 Orillas: El candidato Diego Molano pasó por este mismo espacio y comentó que considera de manera prioritaria la construcción de una mega cárcel. ¿Comparte ese clamor?

R.L: Bogotá cuenta con ese concepto de mega cárcel y un ejemplo de ello son: La Picota y La Modelo. Son un completo fracaso por número de detenidos y son verdaderas catedrales del crimen. Ahí no se resocializa ni se reinserta a nadie. Mire, el que comete un crimen ocasional y termina en estos sitios, termina convertido en un criminal porque tiene que adoptar los códigos del crimen para sobrevivir internamente. Yo no sé a lo que se  refiere Molano, fue Ministro de Defensa durante casi dos años y mire el estado en el que están las cárceles; ahí no impera el Estado de Derecho. Lo que existe es una estrategia ‘marketinera’ que le permite asociarse con ese gobierno, pero recuerde que el ministerio de él no fue exitoso en materia de seguridad y ahora quiere asociarse con la imagen de Bukele.

Bogotá sí necesita una nueva cárcel, pero esta debe ser diseñada para jóvenes que cometan un crimen por primera vez. Nosotros ya tenemos la cárcel distrital y ciertamente es la mejor del país, sin que sea una maravilla o una panacea  como la pintan algunos. Deberíamos de experimentar con políticas de Nueva Zelanda y Australia en materia penitenciaria, porque ellos tienen modelos de cárceles privadas donde al operador no se le paga por hotelería,  sino por reinserción y resocialización de jóvenes que cometen un delito por primera vez. Ni usted ni yo, estuvo exento de cometer un delito menor bajo ciertas condiciones como desempleo y ausencia de estudio. Cualquier ser humano podría estar en sus zapatos porque está tratando de sobrevivir, existir y por tener una identidad. Es un náufrago mirando a qué tabla se aferra.

Si tú coges a ese muchacho, que cometió un error y lo metes a la cárcel -donde están los peores delincuentes de la ciudad- verás que ese delincuente sale en tres años dañado. Entonces, hay que evitar que se contaminen.

Las 2 Orillas: Usted impulsó, de hecho, un proyecto de ley que habla sobre el delito menor…

R.L: Sí señor, así es. Mire, a mí me preguntan qué ha hecho por Bogotá y yo les respondo: yo ya he hecho. Yo saqué una ley penal muy importante y es la primera ley penal con enfoque de género. ¿De qué se trata? Una mujer pobre, cabeza de hogar, con hijos menores, que llegue a cometer un crimen menor (por primera vez  y sin violencia) no es enviada a la cárcel. Tampoco la dejamos en la impunidad, pero que purgue su pena trabajando, haciendo trabajos de utilidad pública: ayudando a cuidar viejitos, arreglando parques, entre otros, para que pueda mantener su hogar. Es una ley que ha ayudado a muchos niños a que no pierdan a su mamá y a su hogar.

Las 2 Orillas: Esa visión de panóptico y de resocialización que ilustraba Foucault no se ha llevado a cabo…

R.L: Exactamente, Foucault en su obra Vigilar y Castigar comenta que el propósito de la cárcel es que sea un espacio para que el detenido pueda reflexionar sobre lo que hizo y arrepentirse. Pero, lo que se logra en Bogotá es todo lo contrario, porque condenamos a que una persona pierda su libertad y, al mismo tiempo, se le condena a una segunda pena:  la violación de sus derechos fundamentales. Eso es lo que pasa en las cárceles bogotanas y colombianas, pero la sociedad colombiana mira para otro lado. Algunos, aprovechan, para salir con artilugios populistas como crear una mega cárcel.

Las 2 Orillas: rodrigo, este mes el Clan del Golfo le declaró la guerra al Tren de Aragua.  ¿Cómo proteger al ciudadano de este escenario y de estos grupos que se denominan GDO?

R.L: En Colombia no nos gusta reconocer los problemas hasta que tenemos el agua hasta el cuello y Bogotá, poco a poco, se ha visto cercada por el Clan del Golfo, Los Maracuchos,  las disidencias de las FARC, células del ELN, Los Paisas, los Boyacos, entre otras bandas emergentes que han crecido. Por primera vez, vemos que se están enquistando en el territorio grupos delincuenciales organizados como ha existido en las comunas de Medellín o en las favelas de Río de Janeiro (Brasil).

La amenaza es muy grave porque pasaron de microtráfico a narcotráfico y eso lo logran atemorizando a la gente mediante el asesinato violento, como el que aconteció con los embolsados; con ese terror imponen la ley del silencio y extorsionan. Luego, empiezan a penetrar en política por medio de la compra de  ediles, concejales y, finalmente, con candidatos a la Alcaldía de Bogotá.

Las 2 Orillas: Un paralelo bastante turbio, con narrativas de narcotráfico que son parecidas a las que acontecieron a finales del siglo XX en el país…

R.L: Es muy parecido y mi padre lo denunció. Claro, en aquella época decían que estaba loco y que era un exagerado y mire en lo que terminó el país.

Las 2 Orillas: Con Pablo Escobar en el Congreso…

R.L: Exactamente, fue un proceso muy difícil y lo que está pasando ahora también. El problema es que cuando esas bandas o grupos ejercen control en una localidad usted ya no puede restablecer el orden por medios normales de policía, porque serían cuatro tipos en dos motos y un arma de corto alcance. ¿Por qué se lo digo? Porque los delincuentes empiezan a utilizar armas largas, granadas y demás. Toca enviar al Ejército, pero estos utilizan armas largas y claro, en una ciudad con tanta densidad poblacional resultaría en una tragedia.

Lo más peligroso es que cuando entran estas organizaciones, también lo hacen sus socios del narcotráfico y se afianzan oficinas de cobro o de sicarios. Así, funcionarios en Cali después del estallido social, cuando la gente se cansó de congestionar -espontáneamente las vías- llegaron los demonios de la sociedad: las células del ELN y las disidencias de las FARC. ¿Quién las financia? Las oficinas de cobro en Cali. Esas son las que hay que erradicar de esta ciudad y el único capaz de erradicarlo soy yo. Tanto el General Vargas como Molano cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo por Bogotá no lo hicieron y fracasaron. Juan Daniel Oviedo ha demostrado ser muy tibio en seguridad y Carlos Fernando Galán es cómplice de Claudia López. Es su candidato, fue su concejal y también su presidente del Concejo.

Las 2 Orillas: Rodrigo, uno de los planes que tiene en común con Molano es la creación de un plan para articular policías y militares retirados. ¿Cómo va a funcionar?

R.L: No, esa propuesta es mía. Yo la llamé ‘La primera línea de seguridad’, fue de las primeras que saqué y Diego me la copió. Bueno, me alegra que a Diego Molano le gusten mis propuestas. Es más, si necesita más propuestas con Bogotá a la orden, me puede llamar y con gusto lo puedo inspirar en otras.

Colombia construyó una de las fuerzas armadas más grandes para enfrentar los retos que teníamos a comienzos del milenio y produjo un ejército de veteranos que se retiraron jóvenes, por obvias razones. En la mayoría de los países del mundo, los Estados -luego de invertir mucho dinero en formación en este tipo de uniformados- utilizan su conocimiento en diferentes áreas. Si usted no los reengancha con actividades ligadas al servicio, pues está perdiendo un gran capital porque son personas que son jóvenes y que no se van a ir a dormir ni mucho menos vivir de una pensión. Por eso vemos a muchos de ellos en el Golfo Pérsico, en Ucrania, Haití y otras partes porque quedaron cesantes a los 42 o 43 años.

Necesito soltar a muchos policías que se encuentran en labores administrativas y de esa manera soltar a policías para que salgan a combatir el crimen porque pueden portar armas. Además de eso, requiero de informantes y de una red muy grande de apoyo ciudadano. Si yo tengo 80.000 retirados de la policía y del ejército, eso constituye una fuerza muy fuerte. Esa es una ‘primera línea de la seguridad’, donde cada policía o militar en su cuadra salga a cumplir una función patriótica, donde informe a la policía y sea capaz de montar un frente de seguridad.

Me pregunto yo, ¿Por qué no lo hizo Diego cuando fue ministro? ¿Por qué no la creó?

Ahora bien, no tenemos suficientes policías en los CAI’s para atender llamadas del 1-2-3. Una de las maneras de reacción inmediata son los drones, que recojan imágenes sobre un delito y que luego sean analizadas por un software de analítica; donde se pueda identificar biométricamente el rostro de un campanero o del ladrón que roba un apartamento. Obviamente, esto le produce sorpresa a los candidatos del ‘no se puede’ porque tienen el pensamiento burócrata y el continuismo de Claudia López. Yo le digo: lo vamos a hacer como se está llevando a cabo en otras partes del mundo.

La inseguridad es la peor de todas las injusticias. No voy a permitir que un solo milímetro esté bajo la tiranía de los grupos al margen de la ley  y no habrá un solo milímetro que se encuentre aislado de las leyes de la República de Colombia.

 - “No voy a permitir que un milímetro esté bajo los grupos al margen de la ley o aislado de las leyes"

Las 2 Orillas: Usted menciona la tecnología como un eje fundamental para la seguridad. ¿Ese componente podría mejorar el desarrollo que está haciendo la ciudad para convertirse en Smart City?

R.L: Claro, muy buena pregunta. La revolución de la Smart City llegará con la concesión de concepto de quinta generación, que es básicamente banda ancha móvil; tener en el móvil lo que hace la fibra óptica. Este upgrade, si me permite la expresión, no es solo de velocidad sino del ecosistema general de negocios y de la ciudad.

Si yo tengo antenas 5G, obtengo antenas multifuncionales inteligentes que permite regular el uso de la energía y, al mismo tiempo, servicios de semaforización mucho más eficientes: permite guiar los drones, conectarlos con sistemas de 1-2-3, cámaras que transmitan por banda ancha,  información en tiempo real, alertas y acceder a sistemas inteligentes de gestión del tráfico. Puedo saber qué vehículo es, cuánta gasolina consume, cuál es su huella de carbono, si sirve para trabajar o para otros fines. Con estos datos puedo cobrar de manera inteligente los impuestos y tener un pico y placa que responde a este sistema en cuestión de dos años.

El esfuerzo que vamos a tener que hacer en la ETB es muy grande porque el modelo de negocio de las compañías de telefonía consiste en que ellos prestan el servicio y otros despliegan la infraestructura. Entonces, el reto de esta entidad es desplegar la infraestructura en la ciudad, que es el mercado más rico en materia de datos. Eso va a ser muy positivo para la administración porque voy a saber exactamente a quién le llega un subsidio y a quién no. Voy a saber quién debe pagar más o menos en el transporte público.

Las 2 Orillas: De hecho, a fin de año se va a llevar a cabo esa concesión…

R.L: Exactamente y entra en función para el próximo alcalde. Por eso, tenemos la oportunidad de convertir a la ETB -a pesar de todos los intentos que han tenido algunos de que sea privada- en una gran empresa con valor agregado.

Las 2 Orillas: Candidato, pasando a otros temas, ¿la propuesta en temas de movilidad se puede resumir en metro, RegioTram y sistemas férreos? ¿Qué tan atrasados estamos en esta materia?

R.L: Yo creo que de las ciudades más atrasadas del mundo. Medellín, por ejemplo, tiene tres líneas de metro y un tranvía; Panamá tiene tres líneas de metro y no se les ha ocurrido hacer un Transmilenio en la Avenida Balboa; Santo Domingo tiene tres líneas de metro;  Quito tiene tres líneas también y Santiago de Chile siete líneas de metro. La situación de Bogotá es vergonzosa, una ciudad maltratada por el mercader Enrique Peñalosa que nos ha vendido la idea de que sus buses cumplen con la misma labor que un metro. Ahora, ya no puede vender esa idea de forma tan impune y escucha a todos los peñalosistas como Carlos Fernando Galán. Cuando le pregunta por el atraso de la ciudad le sale con un artilugio: aquí necesitamos un transporte multimodal y… te esquivan el debate.

No, aquí no podemos seguir construyendo autopistas para buses porque son extremadamente caras, equivalen a USD $30 millones de dólares. ¿Cómo es posible que la Avenida 68 vaya a durar siete años en obra y nos vaya a costar una millonada por kilómetro? No, no podemos pensar en esa solución, ni mucho menos en unos buses que son deficitarios, el hueco hoy de esos medios de transporte cuesta 3 billones de pesos que se van en la compra de aceite, llantas, frenos, etcétera, y no en subsidiar la tarifa. 

En Madrid se gastan 5 millones de pesos subsidiando la operación, 2 billones más que acá, pero ellos tienen 300 km de metro y aquí solo hay 140 km de troncal. Esos recursos, que representan 1000 millones de euros, 700 son para subsidiar la tarifa, para que un estudiante no pague más de 20.000 pesos mensuales y pueda viajar ilimitadamente. En fin, para que un madrileño pague de tarifa 3.100 pesos por un servicio de buses es absurdo.

El sistema de buses es caro de construir, de operar, incómodo y odiado por la gente. Lo que pasa es que los dueños del negocio, de la venta de aceite, pastillas de freno y llantas que luego reciclan para venderlas como cancha sintética al distrito (al IDRD) enriquecen a unos pocos. En fin, mercachifles y politiqueros que creen que la gente se merece lo mínimo y ocupar el 70% de su jornada laboral montados en unos buses del demonio. Por eso están enloquecidos por elegir al candidato del continuismo  de ese modelo que se llama Carlos Fernando Galán y a su modelo de negocio de buses.

Las 2 Orillas: Usted se ha pronunciado en contra del Corredor Verde por la Carrera Séptima. ¿Tiene alguna relación con algún proyecto electoral?

R.L: Claro, mire el problema del vivo es que piensan que los demás son bobos. Angélica Lozano sale a los medios a decir que le gusta Oviedo, pero todo el mundo político sabe que Claudia López apoya a Carlos Fernando. Concejales como Venus Albeiro Silba o Samir José Abisambra han tenido el control de las redes hospitalarias de la ciudad  y el manejo de las alcaldías locales… los manda donde Galán. Esa es la realidad.

¿Cuál es el acuerdo con Claudia? Simple, yo te apoyo Carlos Fernando, pero me tienes que apoyar el defender el Transmilenio de la Carrera Séptima. Ella no disimula su apoyo, está que se mete en la campaña y se va en lanza en ristre contra todos los que proponemos ese continuismo. ¿Qué sería lo fácil? Agachar la cabeza y no pelear con nadie. Eso es básicamente lo que propone Galán.

Las 2 Orillas: Hablando sobre la administración, una de sus propuestas se encuentra en el componente territorial, en la iniciativa de crear nuevas localidades. ¿Cómo se podría distribuir? ¿Qué cambiaría?

R.L: Hay  cosas dentro de la administración del distrito que no entiendo bien, como la figura del Alcalde local, que es como una figura de intermediario entre el distrito, el ciudadano y el alcalde. Debería ser una figura más liviana y menos capturable por los politiqueros, que son los que utilizan esa alcaldía para contratar todas esas obras que son polisombras.

Las 2 Orillas: A su juicio, ¿Cómo lo hacen?

R.L: Contratan a tipos que hacen mal la planeación de la obra y cuando va a iniciar, el contratista dice “me encontré con un defecto de planeación”. Claro, ahí encuentra el pretexto legal para suspenderla. Eso es lo que está pasando en varias obras de la ciudad, mientras que el contratista se desaparece con el politiquero y se quedan con esa plata pública. Ese tema de las organizaciones locales me preocupa y me parece una vagabundería.

Las 2 Orillas: En el sentido de ejecución de obras, ¿se podría cambiar el modelo para contratar?

R.L: Tenemos dos problemas muy claros, se lo digo como abogado que es mi principal profesión. El primero, cometen deliberadamente errores en la fase de construcción de los pliegos o la fase de planeación de la obra; huecos que el contratista utiliza para suspender la obra.

En segunda medida, falta supervisión por parte de la entidad porque los mismos que ejecutaron la planeación deben de revisar. Claro, el problema es que llegan alcaldes que no saben de esto y se quedan pasmados porque confían en personas que van a hacer la ejecución. Yo sí conozco a detalle cómo supervisar esas obras y sé cuándo me están metiendo los dedos en la boca. Sé, por tanto, cómo apretarlos, los dejo en los rines y los someto a cinco sancionatorios completos. Yo de eso sí sé y me voy a encargar de tratar a estos avivados, a esos mercachifles de contratistas que creen que se pueden burlar de la gente.

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Las 2 Orillas: Para cerrar la tanda de preguntas políticas y pasar a unas sobre su figura política, cuénteme ¿Qué ha sido lo más difícil que ha vivido en esta contienda electoral?

R.L: El ejercicio político es la lucha por el poder, en ese sentido usted va a encontrar lo mejor y lo peor del ser humano. Yo he sido objeto de unos ataques viles y miserables. Todos provienen de la campaña de Carlos Fernando Galán, él no da una sola pelea de frente, pero por debajo son bien cochinos. Bien hipócritas, aunque eso no me amilana. Lo  más duro es el tiempo que uno pasa afuera de la casa porque tengo hijos que están creciendo y estar lejos de ellos es difícil. Una campaña política te absorbe la mente, tu espíritu, fuerza y atención.

Las 2 Orillas: Ya cuenta con el número 3 en el tarjetón..

R.L: Así es, aunque a diferencia de otros candidatos como Oviedo y Molano, nosotros logramos constituir listas para JAL y Concejo de Bogotá con gente fantástica que está lejos de los partidos políticos tradicionales y de los carruseles de la contratación. Hay tres mujeres que encabezan esa lista: Gale Mallol, Tatiana Alvear y Claudia Rodríguez. Hay también influenciadoras maravillosas como Hilary Castro que es un símbolo del feminismo, Jaime Caro, José Domingo Jiménez, entre otros.

Las 2 Orillas: Pasando a otros detalles de su vida. Usted nació en Neiva y creció la mayor parte de su vida en Suiza. ¿Por qué decidió volver a Colombia? ¿Tal vez la Constitución Política de 1991 le dio una nueva esperanza para regresar al país? Después del Proceso 8000…

R.L: Yo me acuerdo que marché contra el Proceso 8000. Pero bueno, le voy a contar la historia. Yo nací en Neiva, pero mi papá fue elegido en el Congreso de la República, antes se fue a vivir un tiempo a Europa. A los pocos meses vivimos un tiempo en Francia y después nos vinimos a Bogotá, aunque tenemos un vínculo muy fuerte con el Huila; por nuestra familia. El grueso de mi vida lo he vivido aquí y un tiempo corto en el exterior. Primero fue Madrid, luego Suiza y Francia; donde llevé a cabo mis estudios superiores. De hecho, guardo un fuerte apego a la cultura francesa porque mi papá también estudió allá sus posgrados, más o menos en 1950 motivado por mi abuelo, aunque se enamoró cuando llegó. 

Las 2 Orillas: Usted cuenta con una especialización en el Instituto de Estudios Políticos de París y una maestría en la Escuela Nacional de Francia. ¿Cómo fue su paso por esas instituciones? ¿Y, por una ciudad que fue cuna de varios movimientos políticos, artísticos y literarios?

R.L: París es una ciudad extraordinaria, yo he vivido en tres ocasiones allá y mi mamá vive en la ciudad de la luz. Después del asesinato de mi papá, ella volvió un tiempo a Bogotá y se devolvió inmediatamente. A mí me encanta esa ciudad y trato de mantener una disciplina de lectura en francés, aunque hoy en día leo más en inglés.

Las 2 Orillas: ¿Qué libros recomendaría a una persona que quiera aprender más sobre temas de ciudad?

R.L: Yo soy un buen lector y me gusta mucho comprar libros, pero desde que empezó la campaña no he tenido tiempo de empezar o terminar un título. Cuando llego a mi casa, trato de leer dos minutos y quedo fundido. No he retomado el hábito de leer la prensa, siquiera. La campaña es tan absorbente que no he tenido tanto tiempo para la lectura. Sin embargo, el último que leí fue “Ciudad, igualdad, felicidad” de Enrique Peñalosa y “La ciudad de los 15 minutos” de Carlos Moreno; este último lo leí en francés.

Las 2 Orillas: Justamente, estaba revisando su biblioteca y cuenta con muchos títulos en francés…

R.L: Sí, aunque los libros digitales en formato Kindle me encantan porque te permite comprar de forma inmediata y de una forma más económica. Ahora bien, también hay una ventaja al adquirir títulos que son difíciles de conseguir o que no van a ser traducidos traducir al español. El descubrimiento de Kindle me cambió la vida.

Las 2 Orillas: Hace unos años usted fue docente en el CESA y en el Externado. ¿Cómo recuerda aquellos años impartiendo clases?

R.L: Divertido porque yo llegué a los 27 años de estudiar en el exterior, obtuve una beca con la Universidad del Externado y otra del gobierno francés. Cuando regresé a Colombia mi primer trabajo fue profesor de planta en la primera institución que le nombré, me enfoqué más hacia la Facultad de Gobierno y Finanzas y solo deje una pequeña relación con la Facultad de Derecho, que básicamente era la maestría de Gobierno Municipal con el profesor Luis Villar Borda. Claro, yo soy abogado y me alejé un poco de mi alma mater, en esa época pensaba diferente a cómo lo haría hoy. Pero bueno, en fin, enseñe tiempo completo.

Uno de los recuerdos más importantes que tengo de esa época me lo recordó el rector Hinestrosa, me acuerdo que me dijo: mira, la enseñanza es muy importante para decantar lo que se ha aprendido. Uno aprende muchas cosas todos los días, pero uno solo las decanta enseñando y escribiendo. Yo duré tres años en esa actividad como un docente joven, salía, era muy particular y siempre fui muy serio; nunca tuve ningún problema con las estudiantes. A los 30 años me casé y salí de esa experiencia, pero la recuerdo con mucho afecto, era como una especie de joven, egresado, casi  ex estudiante, enseñando. Luego paré por mi ejercicio político y volví a una ventana muy chiquita en el CESA.

Las 2 Orillas: Usted mencionó que por aquella época conoció a su esposa y se enamoró profundamente. ¿Qué representa hoy en día ella y la familia que han construido?

R.L: Lo primero es que ella entiende muy bien el panorama político, pero no le gusta participar en él. Ella tiene una microempresa de ropa para niños muy bonita y actualmente se encuentra exportando sus productos. Nosotros llevamos 10 años de casados,  empezamos siendo amigos y ahora tenemos dos hijos: una niña de 7 años y un niño de 4 años. Son grandes deportistas por el método que les inculca la mamá. De hecho, le cuento que estamos pensando llevar a mi hija a torneos internacionales y el muchachito por el mismo camino. Eso me ha llevado a pensar en la propuesta de Niños Seguros.

Las 2 Orillas: ¿De qué se trata?

R.L: Los niños que solo tengan media jornada van a ocupar la otra media jornada en deporte y eso es obligatorio. Cuando estuve en un internado en el Reino Unido, en la época en la que pegaban, pude ver la importancia de la disciplina y del deporte. Entonces, a todos los niños de la ciudad los vamos a poner en deporte obligatorio todos los días, mientras sus papás están trabajando o están en esos buses demoníacos de los que hemos hablado.

Las 2 Orillas: Candidato para ir cerrando este espacio y dar paso a las preguntas rápidas, ¿Cuáles considera sus mayores hazañas o éxitos hasta el momento?

R.L: Constituir una familia, salir adelante y sostenerla. Ahora bien, en el ámbito profesional le cuento que me he desempeñado en el área privada: fui presidente gremial, saqué adelante una empresa Fintech para exportadores, creé una firma de abogados, gané procesos de algunas de las empresas más importantes del país, estuve dentro del sector minero e hice una especialización en esa área.

En el sector público, fui presidente de la Cámara de Representantes, donde logramos robustecer textos de la JEP y  hundir la reforma política de ese momento (que no tenía nada que ver con el proceso de paz). No siendo lo único, me siento muy contento con mi producción legislativa por la que ha pasado la Ley de Donación de Órganos con la que se salva una vida y media todos los días…

Las 2 Orillas: Esa ley fue inspirada en Julio César Cárdenas, actualmente se desempeña como contralor delegado para el Sector Público…

R.L: Así es, esa ley fue muy importante y bueno, todos los alivios del Icetex que llevó a cabo el gobierno nacional se basan en una ley que yo creé, la ley de elección de Contralor de la República, introduje los primeros pliegos tipo, eliminé el pasaje en clase ejecutiva de los congresistas, introduje la primera sala de lactancia en una institución pública, modifiqué el código civil ampliando la libertad estamentaria, fui ponente del código de policía  y creé la ley que regula el consumo de drogas en parques y perímetros de colegios. Yo soy liberal, no me voy a meter en la vida de nadie , pero soy consciente de que mis derechos llegan hasta donde empiezan los derechos de los demás.

A diferencia de muchos candidatos, yo sí llevé a cabo iniciativas que mejoraron la ciudad y la vida de las familias.

 - “No voy a permitir que un milímetro esté bajo los grupos al margen de la ley o aislado de las leyes"

Preguntas rápidas:

¿Cuál es su música preferida?

R.L: A mí me gusta la ópera, la música clásica, el reggaetón y el vallenato. A mí se me ilumina algo cuando suena Diomedes Díaz, no sé si me recuerda a la época de la universidad, pero tuve muchos amigos del César y La Guajira.

Alguna vez ha conocido a sopranos o tenores colombianos. Por ejemplo, Valeriano Lanchas…

R.L: Sí, cuando llegué a vivir a Colombia, empecé a trabajar antes de ingresar a la universidad. Claro, yo venía de Suiza, donde ganaba unos cuantos pesos repartiendo periódicos. Llegué a Colombia y trabajé en la Notaría 25. Luego, entré en logística de conciertos, yo tenía un plus y es que hablaba inglés y francés. Resulta que en una ocasión vino Pavarotti al país y en ese mismo avión estaba Valeriano Lanchas.

¿Cuál es su plan favorito en la ciudad?

R.L: Salgo con mis hijos a hacer deporte. Me gusta montar en bicicleta y  tengo una lancha en una de mis fincas cercanas a Bogotá.

¿Cuántas horas duerme?

R.L: Mínimo 6 horas.

¿Placer culposo?

R.L: Ninguno.

¿Cuáles son sus tres restaurantes favoritos?

R.L: Cantina y Punto y Renata; bueno, bonito y barato, hace que me guste el doble.

¿Cómo quiere ser recordado?

 R.L: Yo quiero hacer unas transformaciones muy fuertes en Bogotá, que logremos pasar el complejo que tiene, que se deje de subestimar y que los habitantes  entiendan que tienen una ciudad extraordinaria con un marco natural que no existe en el mundo. El marco natural de la ciudad es tan único que viven osos, felinos, hay bosques húmedos y a tan solo 35 minutos podemos  tener los climas más cálidos. Bogotá es una ciudad que no te aburre, por la oferta académica y cultural. Pero, pareciera que la gente no se da cuenta.

En ese sentido, ¿cómo ha visto el desarrollo de la marca ciudad?

R.L: Las ciudades cuando han tenido heridas profundas o procesos muy complejos se reconstruyen a sí mismas con íconos, como es el ejemplo de Bilbao y el Guggenheim. Bogotá no es la excepción.

Tenemos la posibilidad de construir una narrativa alrededor del mito de El Dorado que no existe en ninguna otra parte del mundo. De aquí parten los ríos que van hacia el Orinoco y los ríos que nutren la cuenca del Amazonas. Yo quisiera dejarle un ícono a Bogotá, por el cual se pueda inspirar ciudadanos, grandes artistas, arquitectos y extranjeros. Muy diferente a la Bogotá de hoy, que tiene vidas trancadas en filas interminables de carros.

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