La capital agrícola del Sumapaz, como es conocido el municipio de Pasca (Cundinamarca), no cuenta con una Secretaría de Tránsito y Transporte. Sin embargo, a esta municipalidad, al igual que Tibacuy, desde el año pasado le asignaron dos agentes de tránsito, los cuales, según denuncias, fueron amenazados de muerte por inmovilizar un par de motocicletas.
“Somos campesinos, los papeles de la moto cuestan más que la misma moto. Aquí nunca han molestado por nada y ahora vienen ustedes a quitarnos las motos”, fueron los argumentos de varios ciudadanos en un plantón que le realizaron a la alcaldesa, Katerin Mora Hortúa, en el 2020.
Además de no portar seguro obligatorio ni revisión técnicomecánica, algunos ni siquiera tienen la tarjeta de propiedad del vehículo y no usan lo mínimo, que es el casco de protección. Es aquí donde vale la pena preguntar: ¿si son campesinos no tienen que cumplir con las normas? Porque si fuese así, tampoco deberían tener derechos básicos como la educación o la salud.
Sin duda alguna, estas personas que incumplen dichas normatividades, que además salvaguardan sus vidas, se están dando menor importancia de la que merecen. El pasado 20 de febrero, la Policía de Tránsito del departamento y el Comando de Policía de Pasca realizaron una campaña para que por lo menos circulen con el casco puesto. Así mismo, a los infractores se les dictó una charla educativa y si vuelven a cometer la falta se les aplicará el peso de la ley de acuerdo al Código Nacional de Tránsito.