Orgulloso. Sin palabras. Qué criterio. Un No contundente se abrió paso entre los ojos atónitos de la clase política, así, fue el mensaje del pasado domingo dos de octubre. Logró derrotar a los Roy, Benedetti, Juan Manuel, Cristo, Serpa, Cepeda, y compañía, esa fauna que todos de blanco hacían cálculos para rematar el festín que habían iniciado hace solo unos días en Cartagena.
Frenados en seco quedaron, quietos en primera. Sin tours por Europa para exhibir a las Farc como abanderados de la paz, con prontuario limpio, de guayaberas blancas, sin dar un peso a las víctimas, ahora como partido político, y miembros del Congreso. Sin entregar los niños de sus filas, algo que muchos no pudimos superar, y mucho menos aceptar. Colombia dijo No.
No lograron conectar a los colombianos ni durante el proceso, mucho menos este domingo. Así lo dejó claro la abstención de casi el 60 % de los ciudadanos que decidieron no asistir a la cita más promocionada, la más necesitada en los círculos de esta fría ciudad, tal vez la más pautada, pero la que no convocó.
Nunca se refirieron a los 6000 jóvenes de las Farc ni a las rutas de narcotráfico,
lo que nos condenaba a tener una nueva generación de guerrilleros
con la misma financiación
Voté No, convencido y con la conciencia limpia que no podía ser la paz de un sector colombiano desconociendo a los que nos indignaba lo que entre ellos y solo para ellos parecía relevante. Nunca se refirieron a los 6000 jóvenes de las Farc ni a las rutas de narcotráfico, lo que nos condenaba a tener una nueva generación de guerrilleros con la misma financiación, y había aumentado los miembros del ELN y las bandas criminales en más de un 50 %.
No me cabía en la cabeza como habría sido el panorama con todo lo que planeaban restregarle al colombiano en los próximos años. Sé que tengo que pasar por encima de mis emociones personales y seguir exigiendo compromisos reales por la juventud, así les incomode a Santos y qué decir a las Farc, o al que sea, porque la continuidad de la guerra no la vivirán ellos sino nuestra generación con diferente uniforme.
Mirar el mapa de Colombia y constatar que aquellas regiones de dominio guerrillero a quienes les beneficiaba que Colombia dijera SI, terminaran votando Si, no es nada nuevo, así eligieron varios de sus congresistas, aunque de la Farcpolítica nunca se volvió a escuchar ni mú. Me refiero a municipios del Cauca, Nariño, Chocó, el Valle, la Costa Caribe y el oriente. Menos mal que quienes sin presión guerrillera en la nuca, salimos a defender nuestra democracia, nuestros valores como país, Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío...
Bajen el umbral que quieran, señores, en La Habana o en el Congreso colombiano, Colombia tiene criterio. Qué emoción. Todavía no la creo. Siento emoción de que este plebiscito se hubiera convertido en un triunfo del criterio, de aquellos colombianos que, en su interior, lo hicimos convencidos que era lo correcto, frente a quienes, descuidando la salud, el empleo, el desarrollo económico, aumentaron la deuda externa, sacrificando 700 000 niños de desayunos escolares como lo anuncio el viceministro de Educación, sin mínima vergüenza, nos decían que así se encontraba la paz, más rápido y estaba a la vuelta de la esquina. La historia escribirá este domingo como el logro de lo impensable contra todo pronóstico.
Utilizaron a las víctimas, y les dijeron que eran el centro de lo acordado, aunque de las Farc no saliera un solo peso, y el sapo de tragar era que no tenían ni un peso. De nuevo la clase política vestida de blanco y celebrando en Cartagena quiso lograr sus deseos. De nuevo estuvo al asecho, el criterio dijo No, a su ambición.
De mi parte, celebraré este día de criterio ciudadano, y sin duda un capitulo negro para la clase política, seguiré luchando por la paz de mi país, no como lo quiera las Farc ni sus comités de aplausos, sin el sacrificio de lo social, de los programas sociales del Estado, porque desde el domingo volvimos a tener Estado SOCIAL de derecho y no instituciones más grandes y costosas. ¡Qué criterio, salud, que lección, No todo se compra, el criterio No!
@josiasfiesco