No toda la culpa es de Pékerman

No toda la culpa es de Pékerman

"Antes debemos agradecerle por habernos llevado a dos mundiales, obvio en Brasil 2014 con mejor desempeño que en el actual"

Por: CARLOS MANUEL RENTERIA DE LA C
julio 05, 2018
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No toda la culpa es de Pékerman
Foto: Instagram @fcfseleccioncol

No toda la culpa es de Pékerman como muchos en redes sociales lo dicen. Durante 8 años pasamos del toque toque (Maturana, Bolillo, Rueda, Pinto, García) a jugar en función de un solo hombre (Pékerman): Falcao y/o James. Lo mismo le pasó a Argentina, su juego se basa en Messi y Portugal igual con Cristiano.

En el mundo moderno el fútbol, las estrellas, es decir los futbolistas, hicieron del deporte un negocio lucrativo. Ya las genialidades de algunos que nos encantaban en la cancha (véase Maradona, en sus buenos tiempos, el recordado y nunca olvidado Pelé y otros) se convirtieron en actuaciones de personajes que esperan el papel de su vida para lucirse y ser recordados por siempre.

El fútbol no ha evolucionado como queríamos o esperábamos todos. El deporte como tal pasó de ser una competencia a ser un negocio lucrativo donde gana desde el más simple utilero hasta el representante del jugador, gana la prensa que vende espacios al mejor postor y ganan los propietarios de los medios, de los equipos, etc... A fin de cuentas son los que ponen el dinero para que el simple espectador en vivo o virtual disfrute del espectáculo.

De todo esto surge la pregunta del millón: ¿por qué nos eliminaron en los penales? Yo tengo varias hipótesis:

1. Estas eliminatorias fueron las más irregulares por las que hemos pasado. De chiripa en un acto de no repetir, junto con Perú, eliminamos a Chile y se nos apareció la virgen, porque los equipos dados a ganar perdieron su oportunidad (Bolivia, Paraguay, Venezuela).

2. Cuando se gana se alaban a los jugadores y al técnico se le sube en un pedestal, pero cuando se pierde nos vamos lanza en ristre contra el primero que asome la cabeza, llámese O, S, J, Q y/o F

3. Algunos de nuestros compatriotas que tuvieron la fortuna de ahorrar y pagar estadía, pasajes y entradas a los estadios mostraron el cobre. Y después nos quejamos cuando nos dicen despectivamente: narcolombianos. Pero somos los culpables, porque luego de la muerte de Escobar, los Rodríguez, Gacha y otros los medios han ensalzado su vida y obra a más no poder y la han exportado a todo el mundo, y personas como usted y como yo nos vimos sin descanso: El patrón del mal, Las muñecas de la mafia, El cartel de los sapos, El capo y la de ahora: Sin tetas no/sí hay paraíso (que va en tercera temporada). Eso lo nuestro y lo de otros, como el caso de Netflix: Narcos.

4. En el primer partido del Mundial contra Japón (que coincidencialmente tuvimos en Brasil 2014 y que tanto técnico, jugadores e hinchas los miramos por debajo del hombro y que en nuestro imaginario pensamos que si 4 años atrás les ganamos 3-1, este año los volveríamos ropa de trabajo), hicimos historia. La primera tarjeta roja vino por cuenta de Carlos Sánchez, el que menos dio papaya. Luego, el equipo se vino abajo, íbamos perdiendo y como se juega en función de uno solo hombre (y con tan solo 10 hombres en la cancha), el equipo se desmoronó y Japón nos vio la cara. En ese partido los "malos" colombianos no se hicieron esperar: unos compatriotas se burlaron de unas japonesas y no pasó nada; el vivo bobo de siempre fue a Rusia a infringir la ley metiendo trago en unos binoculares y tampoco pasó nada del otro mundo (entonces, usted colombiano, no se queje).

5. Le ganamos a Polonia y creímos que habíamos cogido el sol sin quemarnos: error. Pasamos de la inmunda a la gloria. No ganamos, solo nos mantuvimos. Mientras los otros equipos pegaron primero, nuestra selección pegó después. Con las ñatas rotas nos ufanamos de haberle ganado a un sparring que en el pasado tratamos como un "cuatro letras" y que hoy en serio nos puso a sufrir 90 minutos.

6. El partido contra Senegal. Dijimos esos tienen solo 4 puntos, fruto de un empate y un partido ganado, son "pan comido". Contamos con suerte, Polonia le ganó a Japón y nos hizo la vida fácil. Entramos a los octavos, con algunos antecedentes: el primer partido perdido, la primera tarjeta roja, las embarradas de algunos hinchas, etc.

7. Otro de los causantes de la eliminación se podría decir que fue la política. Usted dirá, ¿qué tiene que ver con el fútbol? Todo y nada, porque al final de las marchas, la competencia entre uno y otro por el ansiado poder, los que entran y los que salen, la jep, etc... todos y cada uno se nos metieron dentro del Mundial. Unos porque son hinchas y otros porque aprovecharon el espacio para hacer bien lo que más les gusta: captar adeptos y distraídos. Para muchos el presidente es Duque, para otros era Petro y para hacer historia en el pabellón de quemados tenemos a: Vargas, De la Calle y Fajardo, entre otros. Conclusión: nuestro país se polarizó. Unos contentos y otros no tanto. Pero ¿qué tiene que voy con el fútbol? Desafortunada o coincidencialmente la política empató con el inicio del Mundial.

8. El cambio de gobierno. Aunque usted no lo crea, afecta... poquito, mucho o casi nada. Pero afecta. Por el desempleo, por la vida cara, por la inseguridad en ciudades y municipios, por las obras con problemas (puente de Chirajara, HidroItuango), inundaciones, desplazados, narcoguerrilla, etc.

Con todo esto que ha pasado y lo que viene, no toda la culpa es de Pékerman, antes debemos agradecerle por habernos llevado a dos mundiales, obvio en Brasil 2014 con mejor desempeño que en el actual. También hay que darle las gracias a la Federación Colombiana de Fútbol, a los jugadores (independientemente de si lo hicieron bien o mal) y a usted como hincha fiel en las buenas y en las malas.

Tampoco podemos dejar de lado a Guachené y a los padres de Yerry Mina por haberlo traído al mundo, ya que gracias a su altura y viveza tuvimos tres alegrías inolvidables; a Radamel Falcao que desde niño soñó con hacer un gol en un Mundial y pudo cumplir su sueño; a David Ospina por haber hecho bien su trabajo, cuidar los sueños y las ilusiones bajo los tres palos; y en general, a los 23 jugadores que sacaron la casta en país extraño y también a los 50 y tantos que fueron tenidos en cuenta en las eliminatorias pero que no clasificaron para la convocatoria final.

Del mismo modo, a los utileros; al conductor del bus, tanto aquí como allá; a las familias de los jugadores que con esfuerzo y dedicación apoyan incansablemente a su pareja para que represente con honor, valor y gallardía los colores de su país, y en general al pueblo colombiano que en medio de las vicisitudes y las adversidades es un hincha fiel del buen fútbol, del deporte y de la competencia.

Por último, quiero agradecerle a usted que se toma el trabajo de leer, a mí que me tomo el tiempo de escribir y plasmar lo que pienso, y ante todo a Colombia y sus 50 millones de corazones. Vibramos y gozamos con las genialidades de nuestros jugadores,

Para terminar este sencillo pero sentido comentario, quiero pedirle un favor uniendo frases de Jaime Garzón: "Si a usted que no le gusta leer, no le gusta estudiar, no le gusta madrugar, no quiere trabajar, que es tramposo, que vive esperando el viernes, que solo piensa en fiesta, que solo habla de fútbol, el problema de Colombia es usted, y si a usted no cambia, nadie pero nadie le va a cambiar el país, nadie".

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