Petro demostró gallardía el día que luego de publicar una nota falsa en Twitter sobre Duque, lo reconoció, pidió disculpas y borró el tuit.
Creo que mucho bien nos hace a todos los colombianos empezar a ser autocríticos.
Sé lo difícil que puede resultar hacerlo y más en una contienda electoral tan reñida, en donde así no se obtenga la presidencia, muy seguramente la izquierda colombiana por fin le habrá dado un golpe contundente a la política bipartidista tradicional.
Hoy los partidos históricamente tradicionales se han unido bajo la tutela de un hombre que representa el linaje de una familia que ha gobernado por muchos años. Y aún así, mis cálculos y los de muchas encuestas profesionales y otras no tanto dan por seguro que los candidatos de centro izquierda pasarán por encima de él, no obstante la maquinaria que por decenios han venido utilizando para perpetuarse en el poder y seguir mal gobernando el país.
No sé si esa izquierda pueda acceder al poder en esta oportunidad, pero algo muy bueno que va a pasar y es que si quienes han gobernado tanto tiempo lo van a seguir haciendo bajo los mismos parámetros de corrupción, esta campaña les está demostrando y les está advirtiendo que si no cambian, el pueblo, cansado de tanto impuesto para pagar tanta corrupción, les dará un campanazo de advertencia en estas elecciones y muy seguramente en cuatro años la derecha no va a manejar más el país; habrá un plan B. Pero hay que hacer las cosas bien.
Mal hacen algunos seguidores de Petro al coger casi a los golpes a unos candidatos a quienes hay que escuchar y en donde no hay un escenario más propicio para demostrar que pueden representar más de lo mismo o la solución a muchos de nuestros problemas, que un debate público.
Los debates no se hacen a gritos, ni a los golpes y mucho menos en escenarios como la calle. Para eso se organizan estos debates públicos; con reglas, con tiempos justos para hacerlos dinámicos, con moderadores y transmitidos en directo a todos los colombianos.
Flaco favor le hicieron a la democracia en Colombia quienes en Manizales enturbiaron de forma tan patana, grosera, absolutamente carente de lógica y con actos de violencia un debate tan importante, privándonos, de paso, de escuchar propuestas nuevamente a todos los colombianos.
Mucho ha ganado la izquierda en estas elecciones como para echar por la borda tan buen trabajo y más aún cuando no se tiene la capacidad de reconocer los errores y terminan echándole más leña a fuego cuando insultan o difaman a quienes nos atrevemos a controvertirlos.
No se puede caer en el mismo error que hemos venido sufriendo quienes nos alejamos del uribismo y terminamos convertidos, como por arte de magia y en un solo acto, en resentidos, mamertos y hasta guerrilleros.
Disentir o no estar de acuerdo con algo que alguien hizo o dijo, no me convierte de la noche a la mañana ni en su enemigo y mucho menos en el mejor "amiguis" de una izquierda extrema, como la de la guerrilla, que tanto mal le ha hecho a este país.
Es por eso que ante tanta polarización, creo que Fajardo significa justamente esa línea media que necesita este país para dejar,de una vez y por siempre en el cajón del olvido, tanto odio, tanta polarización y de paso tanto miedo.
Mi hija menor, cuando era muy bebe, le dijo al tío una frase que hoy quiero decirles a esos saboteadores: "Mi tío tanto que tritica y tritica a mi abuelito, y él está iguanitico, iguanitico".
