Eran las 4:00 de la mañana de un domingo, Camilo se encontraba en la plaza de mercado de Gámeza, en su cabeza ya tenía muchas cervezas encima. De pronto por su lado pasaron dos jóvenes, uno de ellos resbaló y se cayó. Camilo al ver la escena comenzó a reírse y empezó a caminar, pues ya se dirigía a su casa. Los dos jóvenes se dieron cuenta y lo siguieron hasta la alcaldía, cuando lo alcanzaron lo empezaron a golpear, hasta dejarlo malherido. Esta es solo una de las muchas historias que pasan los fines de semana en nuestro municipio.
Les contamos esta historia porque en nuestro municipio hay más tiendas para beber cerveza, que espacios culturales para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Contamos con una biblioteca, una cancha de fútbol sintética en la cual se realizan algunos campeonatos de fútbol. Aquí no hay casa de la cultura, no hay espacios para aprender danza, teatro, fotografía, artes plásticas. No realizan la semana de la cultura y son contados los eventos culturales que realizan en nuestro territorio.
Si nos preguntan qué hacemos un fin de semana respondemos: nada, beber cerveza, o caminar las cuatro calles que tenemos, es triste, pero es una realidad que estamos viviendo. Para no decir que todo es malo aquí se realizan las fiestas de la Virgen del Carmen y San Antonio de Padua, y en estas celebraciones realizan actividades como ciclo montañismo, motocross, karaoke, grupos musicales, noche de la juventud, rifas, verbenas y demás. Pero al final siempre ocurre lo mismo, borrachos y peleas y esto sucede por la falta de cultura ciudadana, porque no nos han enseñado algo diferente a beber cerveza o cualquier otro tipo de licor.
Gámeza es un municipio que nosotros consideramos muy bonito, además cuenta con páramos, y nos sentimos orgullosos de saber que aún encontramos venados, a pesar de lo explotado que está por la minería, que han acabado con muchos bosques y plantas nativas de nuestro territorio, además contamos con el único zoológico de piedra en el país. Pero esto no cambia nuestra problemática y es que ahora los jóvenes al no poder explotar sus capacidades y habilidades en el arte o la cultura, se dedican a trabajar en la minería, a cargar volquetas y en muchas ocasiones se retiran de estudiar.
Los jóvenes terminan trabajando para comprar cosas y para tener dinero para ir de fiesta con sus amigos el fin de semana, lo peor es que inducen a otros a salirse de sus estudios para que se pongan a trabajar y así todos tengan dinero. Hoy queremos decir que estamos cansados, ya no queremos beber, queremos hacer, necesitamos espacios para todos, para crear y aprender nuevas cosas.