Se acabó una edición más del Tour de Francia, y con ella otro año en el que esperamos que nuestro Nairo Quintana se hiciera con la carrera más importante del mundo. Quintana se preparó casi desde que acabó el Tour del 2017 con el fin de ser el primer colombiano en coronarse en la carrera, pero no fue así.
Nairo sufrió más de lo debido desde la primera etapa, cuando su equipo, el Movistar, no lo auxilió con la rapidez necesaria después de una avería mecánica. Y es verdad, no se puede culpar únicamente al Movistar del “malísimo” décimo puesto de Quintana en la general. El boyacense no se vio tan fuerte como en las ediciones pasadas y por el contrario, la mayoría de los favoritos al título sí lo estuvieron.
No fue un buen tour en líneas generales para el Movistar, pero sí hay ciertas cosas que les he escuchado a periodistas, aficionados e “ignorantes” del ciclismo que me hacen pensar de manera ofuscada que no merecemos un deportista como Nairo Quintana. Titulares de prensa que dicen “Nairo fue al tour de paseo”, o comentarios como que "es un fracaso más" o que "ya no da para más" simplemente son una vergüenza.
Y aun así Nairo nos dio una alegría al ganar la etapa 17, una etapa bastante corta pero la más explosiva del tour. Si bien no sirvió para la clasificación general, nos ilusiona a todos los colombianos de que nuestro "Cóndor" tiene con qué y volverá más fuerte el próximo año.
Lo bueno de todo esto es que el ciclismo, como la mayoría de deportes, da revancha y Nairo todavía tiene la edad y las fuerzas para poder ganar un tour. Mientras tanto, y no como consuelo, se acerca la Vuelta a España, en la cual, al final, esperamos verlo con la camisa roja y con los que lo critican de forma desmesurada montados en el bus de la victoria.