Colombia necesita aparte de la disminución de la tasa de interés (no dejan de ser importantes), necesita que, desde el crecimiento se creen y lleguen más empresas, ligado al crecimiento del empleo formal.
La economía colombiana está subyugada por la informalidad, donde hay más de 12 millones de personas (55,5% de la población en edad para trabajar), una economía sumergida en la sobrevivencia, debe pasar a ser una economía potente, donde haya por lo menos el 60% de la población en edad para trabajar, este ocupada en la formalidad, esto evitaría los problemas estructurales de la salud, las pensiones y también se convertiría en mayor consumo vía crédito, alcance de educación de calidad, pago de impuestos, pensiones, etc.
La economía colombiana tiene todo el potencial para lograr lo dicho anteriormente, de cierto modo, algo confuso y con problemas, pero se tiene esa capacidad con grandes avances en las diferentes administraciones. Seguir imputando las altas tasa de interés que el banco de la republica le cobra al sistema financiero, que después son trasladadas a los usuarios, no son todos los males que padece la economía.
Los colombianos no se están endeudando, no compran casa (sector inmobiliario que sigue decreciendo), no compran carros, aparte un crecimiento en los NINIS (no estudian, no trabajan) y los jóvenes prefieren buscar alternativas fuera del país como elección de vida. Entonces por mas bajas que estén las tasas, no hay trabajadores que deseen endeudarse, No hay generación de empresas y tampoco llegadas de nuevas, además la incertidumbre del joven que no logra ubicarse laboralmente.
El gobierno nacional, debe enfocar sus esfuerzos en armonizar los sectores reales de la economía, con el fin de tener que aumentar la formalidad y disminuir la economía del rebusque, de los que no pagan impuesto ni hacen los diferentes aportes al sistema de seguridad social. Se debe empezar a tener competitividad, atraer empresas, aumentar las capacitaciones y hacer de todo un proceso más limpio, que este en la capacidad de hacer que la economía crezca con las personas y que no nos ahoguemos (sobre todo los jóvenes) en crecimiento sin sentido.
El gobierno (como todos, con aciertos y desaciertos), debe dejar el discurso contra el empresario a un lado, hay que unir sectores, unir empresas, unir familias, aumenta la productividad, disminuir impuestos o sea, poner sobre la mesa mejores condiciones tanto para el empresariado, como para el ciudadano e inversionista.