Cali mío abrió las puestas en 1973. Lo pusieron en la Avenida Caracas con calle 72, en el norte de Bogotá, un punto estratégico por ser empresarial, académico y financiero. Este primer local lo abrió un caleño radicado en la ciudad que quiso acercarse a su tierra a través de un restaurante donde, a parte del pollo asado, que tanto se vende en el país, ofrecía productos de la cocina caleña como la chuleta valluna y el tradicional champús.
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No pasó un par de años, cuando Cesar García, un boyacense con ganas de invertir se hizo socio del próspero restaurante de comida caleña. García terminó quedándose con Cali Mío tras comprarle la parte al caleño fundador. En manos del boyacense Cali Mío empezó una expansión por toda Bogotá, ciudad de donde la marca nunca ha salido.
Cuando García empezó a abrir locales por toda Bogotá, buscando ser la competencia de Kokoriko y Surtidora de Aves, que ya mandaban en la venta de pollo asado, sumó a sus hermanos, entre ellos Julio Enrique, Dagoberto, Gustavo e Israel García en el negocio. Cada uno de ellos y otros familiares fueron en su momento los administradores de los puntos y aprendiendo cómo se podía crecer en el mercado de vender comida.
Seis años después de iniciado Cali mío, los hermanos García Segura, ya siendo unos de los grandes jugadores en la venta de pollo asado y de comida en la capital crearon otra marca de restaurantes bajo el mismo concepto exitoso: comida caleña. En 1979 apareció en Bogotá el primer Cali vea, una marca que los comensales vieron como la competencia del ya posicionado Cali mío y a la que también le apostaron. Un año después también, en la capital, los hermanos García Segura abrieron otra marca de pollo asado: La Brasa Roja. Cada uno de los hermanos, junto con otros familiares se hizo dueño de una marca.
No pasaron muchos años y La Brasa Rojas se convirtió uno de los tres restaurantes de pollos asado con más ventas. Superó ampliamente a los dos restaurantes del mismo grupo y también por encima de otras marcas que tenían bastante terreno ganado. La Brasa Roja solo fue superado en ventas por los dos más grande de la industria: Frisby y Kokoriko. La mezcla pollo de buen sabor con precios mucho más bajos que sus competidores los puso como grandes competidores.
Fue precisamente a esta marca a la que más le apostaron los hermanos García Segura. La Brasa Roja fue el único restaurante que pusieron por fuera de Bogotá. Inicialmente abrieron puntos en Cali y Medellín, ciudades donde también se hicieron fuertes. En la actualidad en Bogotá tiene 29 sedes; en Cali, 8; en Medellín, 5; en Jamundí, también en el valle, tienen 1; y en Cundinamarca abrieron 4 puntos, para un total de 47 brasas rojas abiertos.
Trabajaron los negocios con independencia hasta el año 2005, cuando decidieron agrupar sus tres exitosos productos bajo una misma sombrilla comercial, a la que le pusieron gerente. Crearon el grupo CBC, el cual nombraron de esta manera por las letras iniciales de sus tres restaurantes.
El objetivo de agrupar las tres empresas: Inversora El Condor, Comercializadora el Trebol y Restaurantes Calimio, con las que funcionan los tres restaurantes, fue unir los capitales para crecer en conjunto sin tener que abrirles espacio ni a inversionistas de Estados Unidos y España, que estaban tocando sus puertas, ni tampoco al negocio de las franquicias, que por aquel momento eran las opciones más a la mano para invertir.
La fórmula funcionó. Desde aquel comienzo de milenio CBC ha sabido crecer y mantenerse en el top tres de los que más venden pollo asado en Colombia. En aquel primer año de unión empresarial CBC vendió $48 mil millones, en la actualidad, según datos de la Superintendencia de Industria y comercio las tres macas en el año 2022 vendieron 86.300 millones, 10 mil más que en 2021, lo que pone en evidencia que el pollo asado sigue siendo por los siglos de los siglos una de las comidas preferidas por los colombianos, donde los hermanos boyacenses García Segura, quienes nunca se han salido del negocio, han encontrado la fórmula secreta combinando sabor y precio.
