Cuando la selección quedó eliminada del mundial de Qatar 2022 todo el mundo se fue contra jugadores, cuerpo técnico y dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol. Y sí, no hay duda de que todos ellos tienen responsabilidad en lo que constituyó un fracaso monumental para la tricolor. Rueda no engranó a nadie y siete partidos sin marcar gol es un record negativo del cual costará mucho sacudirse.
Sin embargo, si hay alguien que también haya puesto su granito de arena para que la tricolor hiciera el ridículo en eliminatorias, es el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, quien está a la cabeza desde el año 2020.
Para nadie es un secreto que la liga colombiana viene de mal en peor. La competitividad no es la misma desde hace varios años, y a día de hoy, de la liga que puso en 2015 y 2016 a dos equipos colombianos en lo más alto de América, no quedan ni las ruinas.
Desde que llegó Fernando Jaramillo muchos han sido los problemas que demuestran que la liga nacional es mediocre en su realización. Los problemas arbitrales, el lío del Unión Magdalena, los déficits de algunos equipos como lo fue el del Cúcuta Deportivo o el simple formato de la liga colombiana dañan el protagonismo del campeonato, y aunque la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol diga que la liga colombiana es una de la mejores del mundo, todos saben que no es así.
En los últimos dos años, los equipos colombianos no han tenido ningún protagonismo internacional, y hasta a un equipo histórico como Santa Fe, le gana el equipo B de River Plate, y sin arquero.
Jesurún tiene responsabilidad, sí. Rueda también. James, Falcao, Ospina, todos tienen responsabilidad. Pero también Jaramillo debería estar entre los nombres que no lograron que el fútbol colombiano triunfara. Él ha querido hacer muchas reformas en pro de la liga nacional, pero a fin de cuentas ninguna ha prosperado. ¿Si el fútbol colombiano no es competitivo, cómo esperamos tener una selección competitiva?