En las principales ciudades de Colombia y específicamente en Ocaña, se viene presentado un fenómeno que afecta a las familias de clase media y las que viven en la extrema pobreza, conocido como “pagadiario”, en sus mensajes impresos y que son repartidos por las casas de los barrios populares de la ciudad, hay uno que dice: “(¿necesita dinero? Llámenos)”, dicho negocio consiste en un préstamo realizado por una persona a otra, en el cual prestamista y deudor pactan una serie de reglas sobre la manera en que se realizarán los respectivos pagos; sin embargo, no todo es color de rosa; en el momento que empiezan a cobrar las cuotas y no se tiene el dinero es cuando llegan los problemas.
Marta, a quien llamaremos de esta manera para proteger su identidad, es una mujer robusta, cabello negro y tez trigueña, de clase baja, madre cabeza de hogar, con dos niñas, una de 15 años y otra de dos años. Ella decidió contar la manera como accedió a este tipo de préstamos. “Me enteré por medio de una amiga que trabaja en el centro comercial donde yo trabajo, me explicó quién era el señor que prestaba y pues decidí buscarlo, él me habló sobre la manera cómo funcionaba el pagadiario, no vi nada de malo, pues yo misma colocaba las fechas de pago y el monto”. La primera semana transcurrió normal para ella, pero cuando tuvo que pagar la primera cuota y no tenía el dinero comenzaron los problemas, ya que el cobrador empezó a subirle el tono de voz, aunque las cosas no pasaron a mayores Marta quedó con miedo, así que le comentó a su amiga lo sucedido, ella como si nada pasara le respondió que eso era normal, ya que ese es el sustento diario de ellos.
Los días iban muriendo y Marta cada día sentía la presión del cobrador, quien sin mediar palabra llega como pedro por su casa e inmediatamente irrumpía la tranquilidad de esta, ella tenía que sacar el dinero de donde fuera, porque de lo contrario este podía enfurecer y lanzar palabra de grueso calibre en contra de ella y sus hijas. “Un vez llegó a las ocho de la mañana, yo en ese momento no tenía el dinero y le dije que se pasara más tarde, entonces me dijo que si no le tenía la plata, se iba llevar algunos electrodomésticos como garantía de pago”
Tras el acoso del cobrador y las amenazas que día a día si iban cerniendo sobre ella y su familia, Marta decidió empeñar algunos elementos de valor para cancelar la deuda, ya que era la solución más eficaz para que regresara la paz y la tranquilidad de la que disfrutaban antes de haber solicitado dicho préstamo.
No obstante, Marta, contó sobre los intereses que tuvo pagar por el préstamo, que entre otras cosas según ella, los catalogó como abismales, por ejemplo; por cien mil pesos debía pagar 2 mil diarios o 20 semanales por treinta días, lo que equivale a un aumento del 20% respecto al valor que ella adquirió.
LA CONTRAPARTE: Por otro lado Doña Virginia Sánchez, una señora de edad avanzada cabello blanco y rasgos rústicos, lleva 15 años en el negocio de los paga diarios y esto fue lo que dijo, “Cada vez que me solicitan un crédito tengo en cuenta que sean personas conocidas, para no tener inconvenientes a la hora de cobrar; por ello siempre pido recomendaciones, pues no quiero que mi plata, fruto de mi trabajo se desvanezca de la noche a la mañana”.
Pero, no todo los prestamistas piensan como Doña Virginia, ya que en algunos casos estos negocios son manejados por bandas delincuenciales, quienes se aprovechan de la inocencia de las personas, un ejemplo de ello fue el caso de Marta, quien debido a la necesidad y el afán de conseguir dinero rápido, accedió sin recibir asesoría o recomendaciones de alguien, hasta el punto de poner en peligro no solo su vida, sino la de sus más grandes tesoros.
Respecto a este tipo de hechos, las autoridades no han recibido ninguna denuncia, además no lo catalogan como un delito, según ellos se define como un negocio informal, el cual se realiza entre las partes.
¿Cree usted qué este tipo de préstamos son la solución para sus problemas económicos? ¿Por qué no acude a una entidad bancaria, donde manejan una tasa de interés más baja y lo más importante, puede mantener la tranquilidad de los suyos? O ¿prefiere seguir con los Matadiario?