En primera instancia, Idárraga manifestó lo difícil que ha sido la administración de Claudia Lopez debido a las múltiples crisis que ha vivido la ciudad últimamente. “Esto ha sido crisis tras crisis. En el caso de Bogotá, la propia de la pandemia, luego una muy fuerte de migrantes, y una constante agenda en materia de Derechos Humanos a propósito de los hechos del 9 de septiembre y que se siguieron dando en el marco de las protestas.” Pero dejó claro que dichas crisis se deben a una falta de conocimiento de la ciudad.
Además, agregó que la molestia de los ciudadanos con la Administración Local se debe a la “tibieza” que la Alcaldía demostró en su informe a la CIDH. “Uno no puede ser políticamente correcto, cuando se sacrifica la ética y la verdad a propósito de lo que son las graves violaciones a los Derechos Humanos en Bogotá, y esto se enmarca en (...) el informe a la CIDH, donde efectivamente esta tibieza termina desafortunadamente en una sensación de abandono por parte del gobierno hacia los ciudadanos.”
Finalmente, fue claro con la labor que deben tener los gobernantes. “El Estado debe reconocerse como el garante de los derechos. Y en ese sentido (...) los gobernantes tienen que asumir su responsabilidad política; y además de eso, tomar las riendas del orden en sus jurisdicciones.”