Pékerman es el mejor técnico que ha tenido la Selección Colombia en los últimos tiempos. Aun así, se cree que su desempeño fue opacado por la ausencia de títulos.
Esa postura surgió antes del Mundial de Rusia y empezó a tomar fuerza luego de las dos fracasadas Copas América y el desempeño en las eliminatorias. Vale decir que uno de sus mayores exponentes fue Carlos Antonio Vélez.
Ahora bien, antes de decir por qué Pékerman sí ganó copas, permítanme recordarles que Colombia no tiene un amplio palmarés, solo tiene una copa regional, que es la América ganada de local. Antes del 2001 no teníamos nada y después menos que nada, ya que dejamos de ir a mundiales.
Con eso claro, Pékerman no ganó nada con la Selección Colombia (asumiendo que resucitar a Colombia, llevarla a dos mundiales luego de 16 años y dejarla en quinto puesto en una de ellas no es nada para los críticos), pero sí aportó directamente para los títulos de Santa Fe en la Copa Sudamericana 2015 y de Nacional en la Copa Libertadores 2016.
Santa Fe dentro de su nómina tuvo dos beneficiados por el llamamiento de Pékerman: Francisco Meza y Camilo Vargas (aunque Zapata fue más protagonista en la Copa). Sin embargo, es en el cuadro paisa donde mayor se ve la influencia de Pékerman. Macnelly Torres, Farid Díaz y Víctor Ibarbo estaban dentro de su ciclo 2014 y dentro del ciclo 2018 (antes del título continental) había llamado a la selección a 6 más: Bocanegra, Mejía, Pérez, Uribe, Aguilar y Marlos, sobre quien todos quedaron impresionados (incluyéndome) en el partido ante Bolivia.
Y si eso no es suficiente, se puede decir que Pékerman de forma indirecta incidió en las medallas de oro de fútbol en los Juegos Bolivarianos 2013 y 2017, Sudamericanos en 2014 y Centroamericanos en 2018 al traer de vuelta a Colombia en los mundiales y generar una proyección real de progreso para los futbolistas más jóvenes. Considerando ese contexto, agrego la clasificación a los Juegos Olímpicos 2016.
Cuando seamos como la selección argentina que tiene 19 títulos oficiales, pero ninguno en el siglo 21, ahí sí hablemos de fracaso, pero si solo tenemos un título es mejor tener prudencia.
