Pequeña semidiosa de la fronda
estandarte de hitos sin reposo,
no sé de ti.
Hace mucho que me vine
a hurgar mi angustia en el destierro,
no sé de las luchas del árbol,
de tu cuerpo ignoto,
del dolor de tus calles indignadas,
del robo de la tierra,
de la esquelética figura de mi escuela,
de tus chagras incendiadas,
del sueño sagrado de los míos.
Solo tengo un poco de amargura
rasgando mis entrañas,
un destino letal en la tormenta,
un tirano celebrando la angustia de mi casa,
una voz lejana asomándose
a la hilacha de mis huesos.