No se crispe por la CRISPR
Opinión

No se crispe por la CRISPR

La revolución genética que se avecina: cortar-y-pegar, como se hace en la computadora, nuestro material genético.

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enero 22, 2016
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rovetto 1 - No se crispe por la CRISPR

Cuando era un jovencito snob, lo que se llamaría hoy un insufrible nerd, ganaba todos los juegos de mímica ante mis inconquistables amigas proponiendo como título para adivinar: “La persecución y asesinato de Jean Paul Marat representado por el grupo teatral del manicomio de Charenton bajo la dirección del Marqués de Sade” o “Marat/Sade” cuando me protestaban por su longitud. Ganaba en el juego de mímica pero no conseguía novia. Hoy propondría el nombre de una nueva tecnología: “Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas” o CRISPR en su abreviatura inglesa. Seguiría ganando el juego pero quizás no me hubiera ennoviado nunca como predecían mis tías. A Dios gracias que mi esposa no le hizo mucho caso a mis anécdotas de adolescencia. De todas maneras es importante entender hoy que es la CRISPR para no crisparnos de miedo ante la revolución genética que se avecina: cortar-y-pegar, como se hace en la computadora, nuestro material genético.

Desde cierta perspectiva, no la única, la vida es una lucha contra todo lo distinto a nosotros que intenta transformarnos o destruirnos.  En ese primitivo campo de batalla se fundamenta gran parte de la evolución. Digo que no es la única manera de ver las cosas porque luego con el tiempo surgirán esas síntesis biológicas relativamente estables que llamamos especies vegetales y animales.  Y aunque algunas especies (específicamente la humana) han conseguido la desaparición de otras, se harán presentes en la evolución momentos de cooperación y equilibrio ecológico.

Ahora, el equilibrio “natural” no está ni mucho menos garantizado. La vida pasó del caos a la lucha y alguito hemos avanzado pero nuestra poderosa tecnología podría patear la mesa, tumbar el tablero y acabar el juego. Por eso es necesario entender nuevas propuestas de intervención genética como la CRISPR.  Nada conseguiremos con prohibiciones éticas y legales pues tarde o temprano alguien intentará saltarlas. Como dice el maestro Rubén Blades: “Dando la espalda/no se van los problemas… Amor y control, amor y control…”

Las antiquísimas bacterias destruían la información genética de los virus que podían infectarlas.  Dicho sea de paso, toda la vida es infección pero eso es tema para otra columna. Las bacterias pegaban pedacitos de los ácidos nucleicos virales a su información genética por si los encontraban de nuevo. Eso lo hacían cerca a secuencias que curiosamente podían leerse en un sentido u otro, de ahí viene lo de Repeticiones Palindrómicas. Es ni más ni menos un sistema inmune bacteriano para buscar y destruir (de ahí viene el Seek and Destroy de la portada de Nature) la información genética de sistemas virales “alien” que las amenazan.

Si podemos entrenar esta capacidad microbiana para eliminar segmentos escogidos del ADN humano podríamos cortar la información genética de algunas enfermedades y condiciones hereditarias. Luego controlando sistemas de reparación del ADN se podrían insertar secuencias “normales”.  Ojo a las comillas de la última palabra pues esa denominación es discutible en genética ya que nadie es completa y absolutamente “normal”.

Con la tecnología CRISPR
se prometen revolucionarias intervenciones,
casi de ciencia ficción, en la genética humana

Con la tecnología CRISPR se prometen revolucionarias intervenciones, casi de ciencia ficción, en la genética humana. Por ejemplo luchar contra el envejecimiento eliminando genes que participan en algunas condiciones crónicas de la tercera edad.  Convertir a animales como el puerco en “incubadoras” de órganos para trasplante construyendo un páncreas porcino con células Beta productoras de insulina humana. Destrucción de genomas virales, por ejemplo el del VIH, que se esconden después de terapias continuas en nuestras células. También cortar genes asociados a algunas neoplasias malignas.  Corrección de enfermedades hereditarias como hemofilia y otras).  Una nota reciente del ABC añade además niños a la carta, vacas sin cuernos, mosquitos sin malaria y maní sin alergenos.

Aún estamos lejos de estas aplicaciones prácticas pues hay muchos problemas que resolver con CRISPR.  La tecnología para editar información genética fue recientemente escogida como el adelanto más importante del año 2015 por revista Sience pero está inmersa en complejos problemas legales de patente entre varios laboratorios.  Un instituto en 2014 obtuvo una patente general para su uso en ratones, cerdos, humanos y casi cualquier organismo que no fuera una bacteria  Se demuestra una vez más que la investigación científica no es ni mucho menos inmune a las poderosas fuerzas del mercado.

Además hay problemas éticos y técnicos preocupantes: eliminar un segmento de nuestro ADN exigiría una exactitud y prudencia de relojero suizo. No conocemos al dedillo como se mantiene el equilibrio “normal” de nuestra información genética. Un genecito cualquiera que eliminemos nos puede hacer falta luego o, peor aún, varias generaciones después.  A veces pienso que sería preferible no manipular las intimidades genéticas del ser humano pero cierto es que muchos hombres y mujeres sufren incapacitantes enfermedades hereditarias. Entonces no nos crispemos de miedo, estudiemos y controlemos las posibles aplicaciones de CRISPR.

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