No quiero ser famoso

No quiero ser famoso

Por: Felipe Bonilla Serna
julio 05, 2014
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No quiero ser famoso

Pensar la fama desde una perspectiva personal es complejo. Casi siempre idealizamos a las figuras reconocidas de nuestra sociedad, les damos un estatus por encima de nosotros, las endiosamos, y poco a poco, las vamos poniendo en pedestales donde admiramos su majestuosidad. Todo este rito de subordinación, nos sirve para recordar que ellos están allí y nosotros acá, que por más que queramos evitar sentirnos menores, lo somos. Que ellos tiene el reconocimiento, y nosotros apenas, una cédula que nos dice que hacemos parte de un país. Los famosos tienen el dinero, y nosotros, gracias al gobierno, nos conformamos con un mínimo que no alcanza ni para lo más mínimo.

Y es que es así, no hay forma de contradecirlo, refutarlo o cuestionarlo. La gente famosa está aquí para hacernos caer en cuenta de que no somos nadie, tan sólo una masa absurda, ignorante e incoherente, que no sabe leer, ni escribir; que vive bajo las sombras de los suburbios, esperando pacientemente la noche para ver la sagrada novela o para pensar cómo un reality nos puede dar 500 milloncitos, y así, sacarnos de pobres; eso somos, la carne de cañón de los que manejan el cañón. Pero sería bastante pesimista y arrogante darle el crédito a los "famosos" por todo lo que hacen.

Ellos, llenos de vida, mundo, conocimiento, aplausos, ovaciones y hasta ofensas. Los que nos superan en toda clase de números: seguidores en Twitter, número de amigos, dinero en cuentas bancarias, países del mundo que han visitado... En fin, son innumerables los aspectos que nos diferencian de ellos, ya que están cantando en grandes escenarios, actuando los más creativos melodramas, presentando noticias aterradoras, jugando en copas mundiales o modelando con sus cuerpos perfectos por pasarelas estratégicamente adornadas, son ellos, los que salen por la caja mágica que tanto ha influenciado a nuestras generaciones. Pero si tan sólo, nos paráramos del otro lado de esta historia, ¿seríamos capaces de entender el sacrificio y la lucha que estas personas han tenido que enfrentar para conseguir lo que tienen?

No soy famoso y no me interesa serlo, ya que desde el anonimato puedo hacer cosas que siendo una celebridad no se me permitiría. Y esto es el puente para pensar lo siguiente: ¿es fácil vivir en el mundo del espectáculo? Simple, con asistir a fiestas de cócteles, tomarse una foto con desconocidos, salir a la calle bien camuflado y firmar uno que otro papel con un garabato mal hecho, el trabajo está terminado. Pero, ¿que hay detrás de la sonrisa falsa que deben pintarse diariamente estos sujetos?

Sin duda alguna, todos somos personas, ciudadanos, y en el sentido más básico, humanos. Un error, y la sociedad los hecha a la hoguera; un himno nacional mal cantado, y no importa la carrera de años que lleves: te crucifican; un autogol en un mundial, y lo más triste que te puede pasar: te asesinan violentamente; una falla de ortográfica en tu red social, y te condenan por no haber usado un diccionario en tus sucias manos. Eso somos, una sociedad de resentimiento, humillación, señalamientos y venganza. Aquella es la deuda que estamos pagando, tal vez por las injusticias o por la triste vida que cargamos a diario.

Y para cerrar este texto, ¿será que por un segundo, podemos dejar a un lado las barreras que nos dividen con los demás? Somos diferentes, sí. Pero todos somos actores políticos: blancos, negros, grises, hombres, mujeres, ricos, pobres, famosos, desconocidos, letrados, ignorantes, niños, viejos, sucios, limpios, delincuentes, políticos, deportistas, costureras, cantantes, conductores...

Rescatemos algo que nos una, así sea el nombre de un país, evitemos a toda costa convertirnos en una sociedad de desposeídos. A veces es bueno no señalar el error, sino celebrar el esfuerzo. No siempre es necesario estar en contra de alguien o algo, si no lo compartimos, simple: respetémoslo. Esa es la sociedad de los sueños, donde todos somos reconocidos, cada quien gracias a su propio estilo.

Por ahora, y mientras espero a que nuestra sociedad cambie, no me interesa ser famoso, lo único importante es ser el mejor, así sea sólo en la opinión de mi sagrada madre. Porque para nuestras mamás, siempre seremos los mejores, seamos lo que seamos.

@felipeboniser

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