Aunque en la Universidad del Magdalena se encuentran en curso varios proyectos de inversión y mejoramiento de la calidad e infraestructura, los estudiantes de esta institución, una de las más importantes del caribe colombiano, no estamos de acuerdo con la reelección del rector Ruthber Escorcia Caballero por tercera vez.
Las ideas y los proyectos no deben ser liderados por personas sino por colectivos de interés común. Los gobiernos no deben ser implementados por personas sino por grupos, y la Universidad como fuente de conocimiento y ejemplo de la sociedad, debe dar siempre buen ejemplo de manejo de los recursos públicos, de ideales, de autonomía y de democracia. El tema no es que el máximo líder universitario se reelija o no, es qué tanto se está quebrantando la democracia de una entidad pública y de los principios que esta emana; y qué tanto se está haciendo abuso de la autonomía pregonada en la constitución, en un país que va en contra de las relecciones.
Lo que aún no nos explicamos es ¿Por qué el inconformismo de pasillo de los estudiantes? Pero, ¿Por qué nuestros representantes universitarios respaldan el proceso sin consultarnos?, las voces de los estudiantes no están siendo escuchadas o nuestros líderes, están algo sordos, ¿qué los tiene así?
Pero al parecer para algunos estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Empresariales y económicas eso no se pretende con la relección de nuestro rector, que si bien ha jugado un buen papel en estos 8 años de gobierno, muchos consideran que se le deben dar pasos a ideas frescas y renovadoras que aceleren el paso de la Universidad para alcanzar mayores estándares de calidad, y a conseguir la tan anhelada Acreditación Institucional por Alta Calidad, que desde hace 8 años estamos trabajando, que el Ministerio de Educación no se pronuncia después de haber entregado concepto favorable hace dos años.
Y es que si bien algunas cosas en la universidad han avanzado, algunas no tanto, como la inversión en infraestructura, el mejoramiento de la calidad en investigación.
Infraestructura
Desde el año 2013 se prometió la construcción de un nuevo edificio de aulas, una nueva biblioteca y un edificio de bienestar (planificados dentro del plan universitario la “refundación en Marcha”). Aparte de esto la universidad colapsó, con el número de estudiantes, pues pasó de 8 mil a 17 mil. Sin embargo, la infraestructura sigue siendo la misma de los edificios de aulas.
Colapso de la plataforma académica
Aunque el famoso AyRe “admisiones registro y control” plataforma estudiantil de Unimagdalena, fue diseñado hace y se ha visto cómo aumentan sus problemas, año tras año la plataforma enfrenta un momento difícil, ya que el pasado mes de enero colapsó debido el número de estudiantes que intentaron matricularse.
Durante el registro de la facultad de Ingeniería, la plataforma presenta problemas y eso que en los últimos dos años los registros se han realizado por programas académicos por día, lo que ha evitado colapsos y bloqueos mayores para el sistema.
Nombramiento de Docentes
Aunque aumenta el número de docentes de planta nombrados en la Universidad, aun no son suficientes para una universidad de 17 mil estudiantes en pregrado presencial, pues existen únicamente 230 docentes nombrados. Es decir, casi 74 estudiantes por docente, mientas que en la Universidad Nacional, el promedio es de 15 estudiantes por docente.
Deterioro en las sedes
La Sede Centro y la Sede del Consultorio Jurídico son dos edificios ubicados en el centro histórico de la ciudad de Santa Marta. Ambas para atención al público pero presentan condiciones de hacinamiento deterioro y mal estado, mientras que en el Consultorio Jurídico, una casona ubicada también en el centro histórico, que se quedó pequeña para albergar a los 400 estudiantes que aproximadamente realizan sus prácticas, sumando los docentes, administrativos y usuarios que a diario visitan las instalaciones. A esto se le suma la sede centro del edifico Dávila, que aunque es arrendada, está en muy notorio deterioro.
Acreditación Institucional, la joya de la corona
Luego de 8 años, aun no llega. Pasó de ser una política de gobierno a una institucional. Lastimosamente el Rector no se pronuncia al respecto y la universidad continua en un limbo; sus estudiantes preocupados porque no saben si el principal centro de estudios de la región del Magdalena cumplió los estándares para entrar entre las mejores del país.
Lentitud Administrativa
La institución lleva 4 años tratando de reformar el reglamento estudiantil obsoleto creado para una población de 4.000 estudiantes, pero aún no ha podido llevar este proyecto al consejo superior.
Aunque la universidad avanza, muchos de estos problemas son comunes con la relección los cuales ponen en riesgo principios de la educación superior en Colombia. Y entraríamos en el interrogante, ¿Le conviene a una institución de educación superior modificar un artículo de su estatuto general para permitir la relección de un rector que va a cumplir 8 años al frente de la institución? El estatuto habla de relección indefinida, y pasar el periodo de gobierno de 4 a 5 años violaría principios fundamentales como la democracia, pluralidad, universalidad. La reforma al estatuto se presentara por tercera vez en sesión del consejo superior al finalizar este mes, ¿qué pensará la ministra Parody al respecto? ¿Estará de acuerdo? ¿Aprobará el consejo superior una decisión que ni siquiera fue consultada en pleno con los estudiantes? ¿Será tenida en cuenta la postura de los estudiantes de la Alma Mater?
Aunque muchos proyectos de gran importancia avanzan, la universidad padece un retraso significativo. Los proyectos se debieron estar ejecutando 6 años atrás y la lentitud administrativa de la Universidad es notable. La universidad necesita una nueva dinámica de trabajo; una dinámica joven, entusiasta y más atrevida para darle la rigurosidad y vertiginosidad que una institución de casi 20.000 personas necesita.