Se realiza en dos museos exposiciones de Lorenzo Jaramillo. Una muy interesante en el Museo Nacional y otra disminuida en el Museo De Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. En general, pocas pinturas – siendo el un maravilloso pintor-, muchos dibujos, varios grabados, un enorme tapiz que realizó para el Teatro Nacional o dibujos para niños como: "Los cuentos sobre la Guerra" que publicó el diario la Prensa todos los domingos durante un año.
Fui su amiga por herencia de mi padre y conozco su obra de memoria porque le hice también una retrospectiva en El Museo de Arte Moderno de Bogotá después de muerto.
Desde que me comentaron la idea de la exposición, supe que la iniciativa y esfuerzo venía de la colección de su única hermana y sobreviviente, Rosario Jaramillo y que, por lo tanto, la curaduría es un mero recuento de sus archivos y así resultó: una recopilación de sus argumentos y recuerdos. No sé cuánto se trata una aventura comercial.
Con Lorenzo nada podía ser regular porque era un soñador de lo estético que buscaba en todos los rincones del mundo. Se mantenía viajando porque su padre, el historiador Jaime Jaramillo, su madre la antropóloga Yolanda Mora y sus dos amigos: el profesor de ciencias políticas Mario Latorre, y mi padre Álvaro Escallón, lo animaban. Estaban convencidos de que la enseñanza se aprende en las calles de París, de Hamburgo o Bombay y no, encerrado en un aula de clase. Tengo que aclarar que todos han sido fanáticos de la academia. El mismo Lorenzo fue profesor durante varios años de La Universidad de los Andes.
Siempre alerta y aventurero estuvo atento a la escenografía y al teatro, hasta el punto de dibujar la piel de los personajes. Fue un poeta maldito como Paul Verlaine, Mallarmé, Rimbaud y también un Baudelaire o, un ser un solitario sin dios como Nietzsche. Le encantaba la música y sabía de música. Fue un autodidacta furioso y sin límites que leía con ferocidad. Estudió muy joven con el maestro Antonio Roda aunque él fue desarrollando su expresión personal muy expresionista siguiendo a los artistas alemanes de la posguerra.
Nunca ocultó su homosexualidad cuando el asunto era prohibido. Pintó con una fuerza increíble a seres humanos que simbolizaban una dualidad entre lo masculino y lo femenino: un eterno tema que manejó con metáforas donde el hombre y la animalidad hacen parte del mismo concierto. Celebró la tragedia con las máscaras de Lady Macbeth que las une al sentimiento primitivo; dibujó el "Ciclo de la vida" donde convierte sus caras extremas de fuerza que tienen una deformación genial en su serie de Talking Heads.
Las orgias pintadas con extremo cuidado se desbordaban. O, donde los arcángeles o los “pájaros” del alma” son ícaros libertinos en un laberinto.
El Museo Nacional realizó un excelente montaje. Al Museo de Artes Visuales de la Universidad Tadeo Lozano, le tocó in inventario: 29 obras de la serie Yasentes pintados entre 1987 y 1990. Hombres dibujados en papel de arroz que se pueden observar en una rápida mirada porque todo se parece. Es una serie que representa los gestos de un enfermo, como él lo estaba. También incluyen un mueble como caja de recuerdos. Lástima la inequitativa distribución curatorial entre los dos museos.
Lorenzo Jaramillo nació en Hamburgo en 1955 y murió en Bogotá en 1992.