Es un contrasentido seguir adelante con esta iniciativa que además del daño ecológico involucrado, no es la solución política y económica a la generación de empleo, que tanta falta le hace a la gran región del litoral pacífico colombiano.
Los de abajo son mis argumentos y los comparto con ustedes:
- Se debe encaminar el esfuerzo a terminar el desarrollo del puerto de Buenaventura como un todo. Hay que aprovechar que el distrito especial, industrial, portuario, biodiverso y ecoturístico de Buenaventura está incluido dentro de un régimen especial aduanero y definido como una Zona Económica Especial de Exportación (ZEEE) y que también ha sido incluido dentro de las Zonas de Mayor Impacto del Conflicto Armado (ZOMAC), con el fin de impulsar la creación de empresas que agreguen valor a las materias primas y se logre reexportar. ¡Con urgencia se necesita generar ese empleo en Buenaventura!
- El litoral pacífico colombiano no requiere de otro puerto de carga internacional. Sería un gran “elefante blanco”, pues no hay carga en el país para justificarlo. Además, el transbordo de contenedores no es el negocio panacea que muchos creen. Más bien, requerimos que se terminen las obras en la doble calzada Bogotá-Buga-Loboguerrero-Buenaventura. Hay que profundizar el canal de acceso a 16 metros para permitir que los “New Panamax Vessels” puedan hacer el in/out en todo período mareal. En estos momentos se puede transitar ese canal, pero con restricciones y no se garantiza que las naves arriba descritas logren hacer una navegación segura.
- Con determinación hay que volver realidad el proyecto liderado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y la alcaldía que se conoce como: Complejo de Actividades Económicas de Buenaventura (CAEB). Se debe actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) por un instrumento proactivo al desarrollo de una expansión industrial y portuaria en la Península de Aguadulce. Es allí en donde están las áreas disponibles para la construcción de parques industriales y zonas francas, en donde se haga transformación, valores agregados y se aprovechen la ZEEE y ZOMAC.
- México, Panamá, Perú y Chile están listos en sus canales de acceso e infraestructuras portuarias. En el Ecuador entra en los próximos meses la primera etapa de su puerto de aguas profundas en Posorja, que incluye 16 metros de columna de agua. Colombia y Buenaventura, de cara al bloque Asia-Pacífico, están ya quedadas. Los vecinos nos tomaron clara ventaja y entonces nos va tocar ver pasar los megabuques containeros e ir a recoger nuestras cajas a los terminales vecinos. A propósito: Cartagena recibió solo una semana después de inaugurar las nuevas esclusas en Panamá los nuevos buques que cruzaron el canal. De esa fecha, serán tres años en este próximo verano del 2019 y Buenaventura todos los días se rezaga más
- Con una fracción (en tiempo y presupuesto) de lo que vale el Puerto de Tribugá se terminan las obras civiles y marítimas para poner a Buenaventura a la altura de la logística marítima y portuaria internacional. Se requiere de la voluntad política local y regional que acompañe estos propósitos de progreso. Sin ello, los dirigentes deben de saber que todo se quedaría en el papel escrito y la carga definitivamente se va para otras facilidades portuarias
- Y no se puede olvidar que el costo ambiental del desarrollo de proyecto en Tribugá sería muy alto, además del daño irreversible en un área en donde la diversidad ecológica y la riqueza natural (esto no es nuevo que se diga) son expresamente apreciadas por los visitantes. Se deberían explotar de una manera sostenida en proyectos de pesca deportiva, turismo y ecoturismo
Por todo lo anterior, no al proyecto portuario de Tribugá.
Posdata. En mi opinión, el Puerto de Tribugá sería un fiasco y un monumento a la soberbia. Además, el daño ecológico sería irreversible y el detrimento económico, incalculable. Siguiendo por ese rumbo, tendríamos otra Reficar y/o otro Hidroituango, para solo nombrar dos estridentes ejemplos del fracaso criollo. Es en Buenaventura en donde hay que poner la mira de la inversión y optimizar los recursos. El bello puerto del mar está casi listo, falta un empujoncito. Ah, y como dije antes, con una fracción de tiempo y presupuesto de lo que cuesta hacer Tribugá se terminan las obras civiles y marítimas en Buenaventura para que esté lista como el polo de desarrollo del litoral pacífico. Ojalá no terminemos aquí con otra frustración y excesivos sobrecostos (tipo Reficar) después de haberse tirado literalmente el medio ambiente.