Jorge Carrascal, a sus 23 años, es uno de los jugadores colombianos con mayor proyección internacional. El año pasado despuntó en el equipo millonario usando la número 10, la misma que inmortalizaron jugadores como Francescoli o el Burro Ortega. Todo venía bien hasta el partido de ida por las semifinales de la Copa Libertadores contra el Palmeiras en donde salió expulsado después de cometer una estupidez.
Pero las críticas arreciaron contra el volante hasta ese día y aunque está en las mejores manos, con un Marcelo Gallardo capaz de devolverle la confianza a un muerto, Carrascal intentó recoger sus pedazos y desquitarse en el clásico contra Boca Juniors. Pero nada salió como se esperaba y Carrascal fue destrozado por un periodismo y unos hinchas racistas a los que aún le cuesta creer en la importancia que han tenido los jugadores colombianos en los dos principales equipos del fútbol argentino.
Gallardo sabe cómo recuperar futbolistas. Ahí están los ejemplos de Gonzalo Martínez, Nicolás De La Cruz, Fabricio Angileri y, por supuesto, el colombiano Santos Borré quien comenzó de la peor manera su incursión en River. Gallardo lo va a recuperar, no nos cabe ninguna duda pero desde Colombia tenemos que respaldar al muchacho y darle todo el cariño que necesita. No podemos caer en este juego perverso, en esta campaña sucia, en esta manera de intentar acabar con un crack que ha cometido un sólo pecado: ser demasiado joven para brillar en River.
