Hablar de la textura, apariencia o color de nuestras heces fecales o de la frecuencia de las defecaciones a primera vista puede “oler” y sonar desagradable o ser un tabú de una necesidad fisiológica. Sin embargo, es de gran importancia conocer lo que la mierda, caca, popó, popis, excremento, heces, número dos o como se le llame nos dice. Sí, nos dice, porque las heces alertan del estado de salud.
De hecho, para facilitar la descripción de las heces (puede ser un importante dato para algunas consultas médicas), desde 1997 en la Universidad de Bristol se creó y publicó la escala o tabla de Bristol, que clasifica en siete las heces fecales según su consistencia. La interpretación de la tabla es muy sencilla, las heces de tipo 1 y 2 significan estreñimiento, los tipos 3 y 4 son las heces ideales (buena dieta y normal funcionamiento digestivo), los tipos 5, 6 y 7 equivalen a episodios diarreicos.
No obstante, no solo la consistencia del excremento es indicador del estado de salud, el color del mismo es relevante. Por ejemplo, un tono marrón indicará la ingesta de una dieta adecuada; unas heces color arcilla o claro pueden indicar un déficit de bilis y/o una obstrucción biliar; las heces amarillas y malolientes se atribuyen a exceso de grasas o quizá intolerancia al gluten; las heces oscuras o casi negras pueden obedecer a sangrado en el aparato digestivo alto (estomago o primeros tramos del intestino) o exceso de consumo de alimentos ricos en hierro, y las heces color rojo vivo o brillante pueden llegar a representar sangrado en el tracto intestinal inferior o pueden ser producto de colorantes naturales como la remolacha o tomates.
El término mierda no debe escandalizar, según RAE tiene diferentes contextos. Aparte de significar excremento (residuos del alimento), también significa: suciedad, inmundicia y/o “hecho o situación que repugnan, como la existencia de vicios o delitos. Callar, ocultar, tapar o descubrir la mierda”. Ahora bien, esta descripción pareciera referirse a la realidad colombiana y serviría para referirse a una persona despreciable, mostrar contrariedad o indignación, denotar una cosa mal hecha o de mala calidad, entre otras acepciones. Por otro lado, apegándose o no al significado de mierda, hay una expresión tan colombiana como el ajiaco que es “habla mierda”, que literalmente puede ser una persona que incurre en mentiras, fantochadas, fanfarronadas.
En época electoral abundan los “habla mierda”, por eso es cuando con más cuidado que humor cada cual debe elaborar su propia tabla de Bristol. Como mencioné dicha escala clasifica en siete los tipos de heces y coincidencialmente en el tarjetón electoral aparecen siete candidatos, aunque ya quedan 6. Entonces, haga usted un paralelo y analice: cuáles son las diferentes propuestas; quién o quiénes han sido incoherentes en su programa de gobierno (pasan del estreñimiento a la diarrea de ideas y conceptos ), su experiencia y trayectoria; quién los apoya o está oficialmente detrás de cada candidato (aquellos que literalmente están “estreñidos” y sujetos a un pasado, a modelos políticos antiguos). Además, es importante revisar también si hay “sangre” oculta en heces o en candidatos… representada en algunos mentores, así mismo como hay “buenos muertos” también hay buenos indicios para deducir la salud en el aspecto del excremento o en la posible mierda que hable un candidato, esto incluye su desempeño en los debates, y ante los medios, punto importantísimo a tener en cuenta, más recordando que en este escenario también hablan mierda y mucha. Incluso, el descaro raya con lo excremental.
Pues bien, que un amigo, vecino, compañero de trabajo, familiar o conocido sea un fantoche “habla mierda” no debe afectarnos, nada mejor con estos personajes que aparentar que les creemos todas sus fanfarronadas, pero… la posible mierda que habla quien ha de gobernarnos durante los próximos cuatro años sí nos afecta a todos, ya que puede definir muchos aspectos de nuestras vidas, de allí la importancia y responsabilidad que se tiene en participar y elegir bien.
Por eso recuerde tener sumo cuidado y observancia de la posible presencia de mierda de los estrategas de campaña, estar alerta con la pestilente y abundante mierda (categoría diarrea infecciosa) que se propaga en redes (noticias falsas, propaganda negra para la cual incluso contratan expertos en estas fétidas lides) y no untarse de esta clase de mierda y menos difundirla.
“La experiencia es como la mierda, no la coge nadie” dice el adagio criollo y cada elección presidencial es una nueva experiencia. Entonces, para no repetir errores al elegir mal, analice, tenga en cuenta que algunos ofrecen renovación y luchar contra la corrupción, pero son los mismos de siempre que hacen que esta maravillosa patria sea un “país de mierda”, como dijo el comentarista deportivo tras uno de tantos magnicidios.
Se han encontrado trazas de mierda (bacterias propias del excremento) en agua envasada supuestamente potable, en ciertos alimentos, y estudios recientes revelan la presencia de micro partículas de excremento humano en los secadores de mano, el dinero y en sinnúmero de objetos con los que tenemos contacto a diario, por eso los discursos o promesas de algunos políticos no están exentos de contener no solo trazas sino grandes cantidades de la temida mierda.
Seis opciones de candidatos, es decir una menos que la tabla de Bristol, más dos alternativas de voto en blanco componen el tarjetón 2018. Elija usted a conciencia, con autonomía, no porque le digan o sugieran, con sentido crítico, sin apasionamientos o apegos al pasado, sin dejarse intimidar o atemorizar por llegar a ser como el vecino en desgracia. No se deje manipular, no permita que conviertan su cabeza y autonomía en una letrina, llena de...