A Falcao no hay que reprocharle nada. Tiene 35 años y ya es el máximo goleador en la historia de la selección Colombia, ídolo indiscutido de equipos legendarios de Europa como el Atlético de Madrid o el Porto, su carrera ya hace mucho rato se ha cerrado y con todas las de la ley.
En cambio la historia de James parece una gran película truncada. A los 26 años James ya había dado todo de si, las lesiones empezaron a azotarlo e incluso con 27 años vivió su primera gran crisis, su primer gran fracaso: el mundial de Rusia 2018. Nunca se pudo consolidar ni en el Real Madrid ni en el Bayern. Recayó en el Everton y tampoco funcionó a pesar de tener a Carlo Ancelotti de técnico. Ahora, con Rafa Benítez en el banco de los Toffees, las posibilidades de que James juegue allí son mínimas.
Solo el Sevilla, de todos los equipos top, demostró alguna intención de contratarlo siempre y cuando se lo dieran gratis. De resto, con el salario exagerado para lo que hace, le queda sólo esperar que lo contraten en Estados Unidos. Que Falcao termine su carrera en la MLS es un fantástico cierre para su carrera, que pase esto con James, con solo 30 años es trágico.
De pronto lo mejor que le pueda pasar a los más grandes de nuestros futbolistas sea jugar en Estados Unidos. Al menos estarán vigentes y jugarán. No hay para más.