Desde la propia Revolución Rusa, que precisamente este año, 2017, cumple 100 años, nunca antes un proceso de cambio o como se le quiera llamar, había estado tan atacado por todos los frentes que el capital internacional tiene a su mano, incluyendo la andanada de medios de comunicación, como le está pasando a la revolución Bolivariana o el chavismo en general.
Que el chavismo ha cometido errores. Claro que sí. Y crasos, como haberse echado de enemiga a la tal “clase” media y no haber entendido que con las leyes del mercado no se puede pelear. Por lo menos por ahora. La política llamada de “precios justos” es el error más grande del chavismo, y el desabastecimiento así lo demuestra, amén de la guerra económica. De existir, existe.
La burguesía caraqueña no va por la democracia, tal como auguran y braman al unísono todos los medios del capital internacional. Ella va por su tiempo perdido, incluyendo el maná petróleo y el Arco Minero, donde por cierto, el oro brota a montones. Ella sabe lo que es compartir las riquezas naturales con las transnacionales. Y a eso le apuesta. No en vano la financiación a las revueltas no están exceptas del apoyo internacional.
Jóvenes desarraigados, lumpenes, delincuentes, desempleados, e incluso desesperados, han sido llevados al físico matadero, sin que la prensa internacional, y por supuesto la colombiana, aclaren lo que verdaderamente está pasando en Venezuela.
Miles de jóvenes, sin preparación militar alguna son llevados a lanzar bazucas, morteros, granadas, ráfagas de ametralladoras, bombas molotov, y otros petardos de grueso calibre contra las instalaciones construidas con el duro esfuerzo de los venezolanos democráticos. La destrucción salta a la vista, y la prensa internacional, bien orquestada, lo que hace es darle la vuelta a las noticias, presentando dichas acciones, como medios vandálicas chavistas, cuando es todo lo contrario. Y mientras estos sucede, los dirigentes, como siempre pasa con la derecha, descansa en Miami y e dan la vuelta al mundo en costosos viajes propagandísticos, bien pagos, a costilla de los jóvenes engañados que lamentablemente fallecen por equivocaciones de armas que no saben manejar.
Varias veces a través en mi twitter @macondenllamas he preguntado qué pasaría en Colombia si mañana la oposición, digamos el Polo, por decir un nombre, ataca una base militar. No acabarían a de llegar a la misma, cuando las Fuerzas Militares llevaran a cabo una matazón “en defensa de la democracia y del sistema legítimamente constituido” y cientos de palabras rimbombantes que ya conocemos. Pero en Venezuela, los ataques a la base militar La Carlota han sido aguantados con la paciencia de Maduro. Pero eso no lo dice nadie.
Da lástima ver a la izquierda colombiana agachada, arrinconada, ahuevada, avergonzada, con Venezuela. Pareciera que se complaciera de la andanada informativa de la derecha de medios parroquiales y mentirosos como Revista Remana, Caracol, El Tiempo, Blu Radio, W Radio, RCN y demás. No ha entendido que en Venezuela se pelean los retos de un proceso democrático.
Por todo lo dicho, apoyo a Maduro, y espero que el 30 de julio se vea el humo del apoyo popular al chavismo. Si no, apaga y vámonos maestro.