Dice el diario La República del 25 de abril que en menos de nueve meses el gobierno de Iván Duque ha tenido que soportar 98 días de paro, el 37.5% de los 361 días que llevaba a la fecha. Muchos han criticado a los sindicatos, la oposición y protestantes en general diciendo que a Juan Manuel Santos no le hicieron paros, todo bajo el entendido de que la izquierda y los grupos alternativos fueron simpatizantes del “camarada” Santos, por lo que se le trató de manera “suave”.
A diferencia de Macondo, Colombia no se ha recuperado de la peste del olvido. Parece increíble que olvidemos tan fácilmente hechos que han sido noticia por días y que nos han afectado política, laboral y económicamente. Quizá todo sea porque aquí ocurren tantas cosas, una tras otra, o porque nos llenan de tanta información trivial que nuestras mentes se ven agobiadas y terminamos anestesiados.
Recordemos solo algunos de esos paros “duros” que se le hicieron a Juan Manuel Santos:
2011
- Paro camionero: Duró aproximadamente dos semanas.
- Paro estudiantil universitario: Impidió la reforma de la Ley 30 que pretendía privatizar la educación superior.
2012
- Paro de controladores aéreos por mejores condiciones laborales.
- Paro de la rama judicial por más presupuesto y mejores condiciones laborales.
2013
- Fueron muchos, pero solo voy a mencionar el paro nacional agrario que afectó profundamente la inflación, así como la imagen de Santos tras decir que “el tal paro nacional agrario no existe”. ¿Se nos olvidó?
2014
- Paro agrario: Como muchas veces, para exigir que se cumpliera lo acordado en el 2013.
2015
- Paro nacional docentes: Entre otras razones, por la nivelación salarial.
2016
- Paro de camioneros: Duró 46 días y afectó fuertemente la inflación.
2017
- Paro nacional docentes: Duró 37 días y exigía el cumplimiento de los acuerdos de 2015 y reforma al Sistema General de Participaciones que garantizara más recursos para la educación.
Podemos extendernos. Solo quise hacer una lista sucinta e invitar a que como ciudadanos nos informemos, cualquiera que sea nuestra posición política. Puede que nos ocurra como en el cuento del pez de Anthony de Mello, quien no veía el océano, solo agua. Tenemos la verdad al frente y no la vemos.