Desde hace 30 años, la Corporación Universitaria del Caribe (CECAR), ubicada en las afueras de Sincelejo, capital del departamento de Sucre, ha venido formando cientos y miles de profesionales a lo largo de su existencia. Es el deseo de los fundadores de CECAR, el área administrativa y diferentes decanos que dirigen cada una de las distintas facultades, el hacer esfuerzo más allá de nuestras fronteras, que hoy por hoy le apostando a la internacionalización, esto con el fin de que como profesionales universitarios no solo seamos reconocidos a nivel regional y nacional, sino en todas las partes del mundo a las que se logre llegar, por supuesto también con ayuda de las enseñanzas que dentro de esta universidad se imparten.
CECAR en los últimos años ha venido desarrollando múltiples convenios a nivel nacional e internacional con distintas universidades, y es en esta última donde me quiero enfocar, la parte internacional. En el primer semestre de 2017, los estudiantes cecarenses han venido realizando movilidad internacional saliente o como se conoce coloquialmente “intercambios” a otros países como México, Paraguay, Perú, Portugal, Brasil y muchos otro más. Hemos recibido también en nuestras instalaciones académicas a estudiantes alemanes, mexicanos, jamaiquinos, peruanos, paraguayos, venezolanos, panameños y otros. Lastimosamente estos esfuerzos que realiza nuestra universidad para la mayoría de los estudiantes son desconocidos, son invisibles, no existen, entonces muchos de ellos siguen pensando que CECAR no hace nada, que no se invierte en nada y es por eso que no somos como otras universidades del interior del país “porque es que esas son buenas y mejores”. Entonces es desde nuestra propia alma mater donde comenzamos a despreciar y demeritar nuestro propio producto, nuestra propia educación, olvidando que no es solo el nombre o prestigio que tenga la universidad, sino también el esfuerzo que como estudiantes hacemos para ser cada día mejores y tener un mejor rendimiento.
Días antes que acabara el semestre en el que se me había notificado oficialmente mi movilidad a México, comencé a hablar con mis compañeros de clases y algunos amigos cercanos sobre el viaje, escuché frases como: “No te ilusiones”, “Cecar nunca cumple”, “Eso mismo le dijeron a fulanito de tal y se quedó con las maletas hechas”, “Tanta cosa buena nunca es cierto” “a México va cualquiera, me dijeras tú un Japón”. Aunque no todo fue malo, por parte de mis profesores y familiares siempre escuche cosas buenas que me animaban y me hacían desear que el día del viaje llegara pronto. Recuerdo con mucha claridad que le comente nuevamente a mis amigos y compañeros lo que pensaba llevar a México de objetos que dijeran Colombia por cualquiera lado, entre ellas sombrero vueltiao, café por supuesto, coffee delight, supercoco, arequipe, la bandera de Colombia, pulseras en caña flecha, hasta aguardiente, entre otras cosas, que como costeño y colombiano nos representan. Volví a escuchar entonces las nuevas críticas “este man es como loco llevar café para México”. Para gracia de todos fue de las primeras cosas que al llegar los mexicanos me preguntaron “¿Trajiste café colombiano? Es que yo lo quiero probar”. Todavía a nivel mundial podemos decir que Colombia produce el mejor café del mundo.
Varios de mis compañeros cecarenses estuvieron en la Universidad Nacional de México, otros en el Instituto Tecnológico de Sonora, algunos en Puebla y el resto de compañeros, incluyéndome, en la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Tlaxcala es uno de los estados más pequeños que tiene México, reconocido nacionalmente por ser cuna de la nación, contar con múltiples mitos y leyendas además de ser la tierra natal de Desiderio Hernández Xochitiotzin uno de los muralistas más famosos que tiene México de las últimas décadas. En mi estadía en el país azteca conocí varios lugares: las pirámides en Teotihuacán, la basílica de la virgen de Guadalupe, Acapulco, y muchos otros lugares que tuve la oportunidad de visitar y conocer. También hable de todas esas cosas buenas que como colombianos tenemos y nos caracteriza, siempre comentaba sobre el Nobel colombiano Gabriel García Márquez que allá como escritor lo aman y adoran, y como muchas de las historias que él describe en sus libros sucedieron en un pequeño pueblo llamado Sucre en el departamento de Sucre.
Hablaba del sombrero vueltiao su elaboración, significado y que es uno de los símbolos culturales que como costeños y colombianos más nos identifican. Les contaba de la zona cafetera del país, de las fiestas del 20 de Enero en Sincelejo, el carnaval de Barranquilla y el Festival Vallenato que celebra Valledupar, ahora no quiero sonar presumido, solo quiero compartir todas esas cosas buenas que tenemos, que podemos vivir, que podemos disfrutar y de los cuales nos podemos sentir orgullosos y sacar pecho. Vuelvo y repito lo que muchas veces he dicho en público: que si yo como estudiante de CECAR que aún no termina una carrera ya logré ir a otro país, vivir la experiencia de conocer muchos lugares dentro de este, con todos los gastos pagos, cualquier estudiante de CECAR puede lograrlo sin importar su posición social o económica. Solo se necesita esfuerzo y dedicación para lograr cualquier meta que como estudiante y persona se proponga, pensar que los obstáculos se pueden superar.
Académicamente en México no pude evitar que me sorprendieran muchas cosas, entre ellas la puntualidad de la mayoría de los estudiantes al asistir a clases, la formalidad con que se tratan entre estudiantes y docentes, cómo siempre estos están atentos a asistir a las conferencias que se imparten en dicha universidad y estar en ellas hasta que el conferencista invitado finalice su ponencia. Lo que me llevó a recordar que en mi facultad, la de Derecho y Ciencias Políticas, las veces que traen ponentes, conferencistas y expertos en algún área específica del derecho, al comenzar la conferencia en el lugar donde se realiza, sorprende siempre la cantidad de estudiantes asistentes, como también sorprende la inasistencia de estos eventos al llevar media hora o 45 minutos después de iniciadas las ponencias, donde muchas veces los estudiantes no van con la idea de escuchar y aprender nuevas cosas, sino que buscan cualquier justificación para no asistir a clases, se excusan entonces diciendo y pidiendo asistir a las conferencias y después de estar un tiempo corto en ellas se salen, entonces para luego decir que CECAR no invierte y no hace nada por los estudiantes, cuando muchos olvidan que para traer a cualquier conferencista a nuestra institución, como mínimo, en la mayoría de los casos corre con gastos de tiquetes aéreos, hotel, comida, los honorarios que cobre la persona por realizar dicha conferencia, y otros gastos que como estudiante no desconozco.
Sin darnos cuenta CECAR hace muchas cosas buenas por los estudiantes, que lastimosamente no reconocemos. Además, veces pecamos por desconocimiento, lo que nos lleva a expresarnos de manera negativa, haciéndonos desaprovechar las oportunidades que nos brindan. CECAR desde hace muchos años ofrece el programa de Derecho, que por más de 20 años ha formado abogados en nuestro departamento y que hasta el momento en Sucre es la única universidad que ha tenido múltiples promociones de abogados que se desempeñan en diferentes cargos en el sector público y privado.
Tenemos el Consultorio Jurídico que es una unidad dependiente, adscrito a la decanatura de Derecho, con estructura y reglamento propio donde se le brinda ayuda y orientación jurídica a las personas de bajos recursos. Además de ello contamos con el Centro de Orientación Sociojurídica – COS que es un centro de proyección social que está adscrito a la dirección de proyección social y vicerrectoría, conformada por las facultades de Derecho y Humanidades integrada por los programas de Derecho, Psicología y Trabajo Social, donde se atiende únicamente a toda persona víctima del conflicto armado en Colombia, siendo único en su Estilo a nivel nacional, allí a las víctimas del conflicto se les brinda asesoría jurídica y acompañamiento psicosocial, es decir se brinda un Servicio Integral a la comunidad vulnerable totalmente gratis. Sin olvidar que CECAR premia con becas totales o parciales a aquellos estudiantes que por su rendimiento académico demuestran las ganas de estudiar y sobresalen entre otros, como también ayuda a estudiantes de bajos recursos que por su situación económica no tienen una capacidad de pago constante. Tampoco podemos olvidar que un número significativo, de estudiantes en su mayoría de diferentes municipios del departamento de Sucre se trasladan hasta Sincelejo para iniciar sus estudios superiores, y esto lo hacen por razones de calidad y economía, puesto que resulta muchísimo más rentable una pensión estudiantil y matricula académica de la capital sucreña que en las demás ciudades del caribe colombiano o el interior del país. El mismo fenómeno se repite y por las mismas razones con estudiantes de municipios del departamento de Córdoba y Bolívar.
Al finalizar de leer estas líneas yo espero que usted haya dejado ciertos prejuicios atrás, y comience a ver su universidad de una manera distinta, que sepa entonces que más allá de las fronteras a cientos de kilómetros de aquí de Colombia hay estudiantes cecarenses que se esfuerzan por dejar el nombre de una universidad, de una región y de un país en lo más alto del podio. De la manera más respetuosa les pido disculpas si en estas líneas no encontraron cosas desagradables o comentarios de pasillos que se tornan en violencia y por ende los decepcioné por no hablar mal de una universidad en la que me estoy formando. Espero sinceramente que tomemos conciencia y sentido de pertenencia por nuestras raíces, nuestras costumbres, y sobre todo por nuestras universidad, que valoremos los esfuerzos que realizan nuestras familias, nuestros padres, hermanos y se los reconozcamos, y sobre todo que multipliquemos el mensaje de todo lo bueno y bello que tenemos.
Yo creo que las noticias y las publicaciones que se hagan no siempre tienen que ser negativas, buscando y resaltando lo malo de algo, ya que muchas veces nos olvidamos de todas esas cosas buenas que nos hacen felices y nos hacen soñar. CECAR, gracias públicamente por haber confiado en mí, por haberme dado la oportunidad de estar en otro país, por vivir esta gran experiencia, por haber hecho que luciera nuestra bandera en muchas de las partes de las que visité, gracias por llevar la cultura sucreña y el sombrero vueltiao a través de la educación y la academia a tantos lugares más allá de las fronteras, gracias por la bella labor de formar profesionales.
