Según reciente artículo en El Tiempo, en ocho años los taxis amarillos no han podido morderle mercado a Uber y otras apps. “En medio del debate que ha generado la salida de Uber de Colombia, a partir del 1.° de febrero en todo el país y en Barranquilla desde este jueves 16 de diciembre, analistas de movilidad señalan que la puja entre esta app y los gremios de los taxistas obedece a que estos últimos buscan colonizar un mercado que esta y otras plataformas han creado en los años pasados. En efecto, en el caso de Bogotá, las cifras de la Encuesta de Movilidad, que se hace cada año, revelan que en ocho años los taxis no han podido incrementar su cuota de participación en el total de viajes en la capital, porcentaje que es similar al de hace ocho años.” “De acuerdo con José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística y Movilidad del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional, incluso en la encuesta correspondiente al 2018 la participación porcentual de los taxis era muy parecida. “La pelea de los taxis es acceder a un mercado que ha sido creado por las plataformas, pero ese mercado es reacio a aceptar a los taxis”, recalcó el analista.”
En opinion de quien escribe esta nota, los taxis amarillos no solo no han podido morder el mercado de las apps como Uber, sino que no lo van a poder morder. Y la razón es muy sencilla: aunque poco les guste a los defensores de los taxistas como los líderes gremiales y al senador Jorge Robledo, la percepción entre el 85 % de los colombianos es que el servicio de taxis amarillos en Colombia es inseguro, deficiente y hostil. Unas recientes declaraciones del líder taxista Freddy Contreras, quien grabó un video después de conocerse la decisión de Uber de abandonar el país donde aseguró que las mujeres que trabajaban como conductoras en la plataforma podían encontrar trabajo planchando, lavando y cocinando en otras casas, por no decir la insinuación que podrían trabajar es en casas de lenocinio, recibió fuertes críticas en las redes sociales, incluyendo la de la presidenta de Terpel, Sylvia Escovar, una exitosa empresaria colombiana, quien publicó este trino tras conocer la opinión de Contreras: “Se equivocan los que circunscriben las labores femeninas únicamente en las labores domésticas. Yo lavo, plancho, cocino, soy mamá de tiempo completo, y a la vez presidente de la Organización Terpel.”
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La percepción entre el 85 % de los colombianos es que el servicio de taxis amarillos en Colombia es inseguro, deficiente y hostil
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Según reciente informe de Las2Orillas, el gobierno del Presidente Duque quiere revisar y respaldar los dos proyectos de ley que actualmente cursan en el Congreso impulsados por los representantes Mauricio Toro y Edwin Ballesteros. El 16 de enero se reunirá con la ministra de Transporte, pero desde ya el líder gremial Hugo Alberto Ospina le declaró la guerra al gobierno, amenazando sacar a 480.000 taxis a la calle si el Gobierno se atreve a considerar alternativas diferentes a los taxis.
¿Cuándo será que los taxistas y sus líderes empiezan a entender que precisamente son los insultos de cafres como Freddy Contreras y las rídiculas amenazas, por no hablar del chantaje del líder gremial, son las que llevan a que la opinión pública tenga la percepción de que los taxis amarillos son inseguros, deficientes y hostiles?
Doble a sencillo, como afirma el artículo El Tiempo, que los taxis no van a recuperar mercado, por más insultos y chantajes que sigan haciendo. Los que rehusamos montar en taxi, porque consideramos que son inseguros, deficiente y hostíles, no vamos a cambiar de opinión por el hecho de que Uber salga de Colombia.
