"En un año hicimos para Colombia seis podios en las tres grandes. Esteban (Chaves) hizo dos, Rigo (Urán) hizo dos y yo hice dos. La gente creía que era fácil, pero ahora creen que si no es ganar, no es bueno". Nairo Quintana fue muy claro en diálogo con DirecTV Sports sobre cómo los colombianos nos hemos vuelto un país sin memoria en el que se nos olvidó cómo nuestros corredores han logrado algunas cosas de tamaño gigante.
El año del que habla Nairo es el transcurrido entre el Giro de Italia 2016 (con Chaves segundo) y el Tour de Francia 2017 (con Rigo segundo). En ese período Nairo no hizo dos podios, como dijo a DirecTV: hizo tres consecutivos. En el Tour 2016 llegó al tercer lugar detrás de Chris Froome y Romain Bardet, dos meses después ganó la Vuelta a España superando a Froome y Chaves, y en el Giro 2017 perdió la general el último día ante Tom Dumoulin pero quedando por delante de Vincenzo Níbali.
Este fue uno de los mejores resultados de un corredor de grandes vueltas en los últimos ñaos, pero en su cuarta gran vuelta consecutiva, el Tour 2017, lo dejó en un lejano duodécimo lugar. Tuvo siete podios en grandes vueltas entre 2013 y 2017, lo que lo convirtió en uno de los mejores escaladores por resultados de la historia, y en ese mismo período logró ganar dos Tirreno - Adriático, un Tour de Romandía, una Vuelta a Cataluña y una Vuelta al País Vasco.
Con 31 años, aunque Nairo Quintana no tiene la misma capacidad de ataque que nos acostumbró en sus años de gloria, sigue luchando. Así lo vimos en los Alpes y en los Pirineos del Tour que termina. Cuando tuvo las fuerzas para atacar, como en el alto de Envalira, la cima más alta de la carrera, volvió a volar. Cuando no tuvo fuerzas igual intentó, como este jueves en el inicio del Tourmalet, donde dio todo pero no fue suficiente para superar el ritmo del tren del equipo Ineos.
Pero el de Cómbita sigue intentando con fuerza y aspirando a grandes cosas, como su victoria este año en la Vuelta a Asturias. Hemos visto a rivales de Nairo como Froome y Vincenzo Níbali que se han limitado a correr en el pelotón sin verse al ataque. Otros, como Thibaut Pinot y Tom Dumoulin, abandonaron el ciclismo. Nairo Quintana sigue buscando en una decadencia apenas normal ante su edad y la llegada de los jóvenes fuertes a la carrera, pero donde sigue corriendo con toda la fuerza de león que le ganó el cariño del mundo ciclístico.
Nairo nos acostumbró a ganar, como lo hicieron también Rigo, Chaves y Egan Bernal. Hoy en día, como el propio Quintana lo ha reconocido, "ganar es lo único que nos sirve". Así ha quedado atrás uno de los corredores más importantes de la década de 2010 del ciclismo mundial, ignorado por sus compatriotas que lo han reemplazado por el que sí pudo ponerse la camiseta amarilla. Y aunque Egan podrá ser el más grande de la historia, hoy en día todavía lo sigue siendo Nairo, quien siempre tendrá una página de oro en el ciclismo colombiano.