Hay varias cosas que se le deben abonar al señor presidente, pero citaremos tres para no incomodar a mis estimados lectores:
1. La primera que es más terco que una vaca (ahora cambiamos de animal). Es más fácil terminar con la guerra de Ucrania a que Petro cambie a cualquiera de sus “chicas poderosas” de los ministerios.
Si lo hiciera, la derecha cobraría una inmerecida victoria. Además, quien llegue tendría que recitar el mismo discurso, pues lo actuado por ellas es parte del programa de gobierno con el cual fue elegido el mandatario.
2. La segunda es que Petro tiene carisma entre la gente del común y lo demuestra a donde llega. Las plazas se le llenan y aunque sus discertaciones son largas, no son farragosas. Muchas veces por eso llega tarde a otras.
Por eso, el senador Luna lo acusa de estar todavía en campaña... y, bueno, lo está, ese es su talante. Otros lo llaman populista... y, bueno, no hay otra palabra más indicada cuando se trata de un hombre al que lo quiere su pueblo.
3. La tercera es que él, como nadie, conoce la Constitución Nacional. No se les olvide, aunque les duela, que el M-19 ayudo a redactar la carta magna y que como ideólogo de esa agrupación guerrillera admistiada algo tuvo que ver ahí.
Como si eso no fuera suficiente, muy hábilmente sacó a relucir varios artículos de la Constitución que le permitieron frenar los abusos de las empresas de los servicios públicos, como lo hizo en Bogotá con el agua, las basuras y el TransMilenio:
- Creó el mínimo vital de agua, lo que hizo que no se le pueda suspender el servicio a nadie.
- Acabó con el negocio de las basuras y bajó las tarifas de TransMilenio. A pesar de que estas medidas le generaron inconvenientes (la suspensión ordenada por la Procuraduría y la imposición de varias multas impagables que luego tuvieron que ser revocadas por las cortes), se mantuvo firme en lo que pudo.
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Volviendo a la actualidad. En noviembre, los generadores de energía, quienes se habían comprometido a bajarle el precio al kilovatio, no lo hicieron. Por el contrario, lo reajustaron, usando fórmulas obsoletas. Miren a quién le dieron papaya. Sí, nada más ni nada menos que a Gustavo Petro. Ese sí que sabe de esto.
Ante sus pronunciamientos al respecto, la derecha, con el Dr. Casas de la W a la cabeza, pronostica racionamientos. A la par, el Centro Democrático no da abasto con sus críticas y señalamientos. Estimados amigos, el revuelo es total. Dicen que el país se va a acabar y que hay que hacer cadenas de oración, porque ahora sí quedamos como Venezuela, etcétera
En Barranquilla, y en toda la costa, lo normal es ir a ver al Junior y robarse el servicio de luz. Entonces, que los cachacos paguen como lo estamos haciendo nosotros. Con la deuda de Electricaribe nos tocó a todos meternos la mano al dril.
Sin embargo, lo que más preocupa a los políticos no es lo que pase con el país y sus gentes, sino que Petro se haga más campo en año de elecciones. Esto fácilmente les quitaría peso político a los candidatos que no están en el Pacto Histórico. Y ni hablar de los grandes medios de comunicación que le dan a Petro hasta con las tablas de la cama. Pff, que sigan en lo mismo, ya nos acostumbramos a ello y por eso usamos las redes.