En mayo del 2014 después de llegar de Londres, Natalia Ponce de León escuchó el llamado de su citófono, bajó los ocho pisos de su edificio y en el lobby se encontró con Jonathan Vega un hombre que se había obsesionado con ella a pesar de que lo único que habían compartido fue un cigarrillo en la entrada de un bar. Sin mediar palabra, Vega le arrojó dos litros de ácido en la cara, Natalia estaba consciente cuando vio los primeros girones de su rostro caer en el piso, entonces se desmayó.
Ocho años y treinta y siete cirugías después, Natalia Ponce de León es ejemplo de resiliencia y ha sido distinguida en todo el mundo por su experiencia de vida, BBC y la misma Presidencia de Estados Unidos la honorificaron. Entre los homenajes que se le han hecho a su causa está la serie de TC10 Producciones y el Sistema de Medios Públicos MINTIC lanzaron Natalia, crimen y castigo, donde la actriz venezolana Juliette Pardau personificó a Ponce. Misma serie que generó para Natalia muchas discusiones como lo contó en esta entrevista, y producción que ni ella misma apoyó además de arrepentirse de haberles firmado los derechos de su historia. Aquí el video:
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