Hace unos días, cuando la senadora Claudia López estuvo de paso por el concejo de Acacias, me atreví a hacerle las siguientes preguntas:
¿No cree usted que teniendo los problemas que tiene nuestro país en tantos frentes como la salud, la justicia, la educación, el exceso en el gasto publico, en el deporte y la investigación científica, su propuesta de bajar el suelto de los senadores es tan solo un paño de agua tibia, más aún cuando esa consulta popular, según el exministro Luis Felipe Henao en un debate con Angélica Lozano en CM&, asciende a 280.000 millones de pesos?
¿No considera usted más viable hacer una sola consulta en la que incluyan los diferentes temas para los cuales muchas personas también están levantando firmas y de una vez las incluyamos a todas en una sola propuesta como lo es una nueva constituyente que reforme de raíz los problemas de Colombia?
Debo confesar que su respuesta me decepcionó y ese día dejé de considerarla una opción de mi voto.
Hoy, cuando los escándalos por corrupción llegan de todos los frentes, (incluyendo los de las farc) creo que no estoy equivocado; lo que necesita mi país es una reforma constitucional que organice el verdadero equilibrio de poderes, que haga una reingeniería de la estructura completa del estado, que prescinda de tantas entidades amorfas, ineficientes e ineficaces, que transforme el congreso, que dinamice la justicia, que aborde el tema de la educación, las vías y el campo como prioridad de estado, que acabe con tanto subsidio y tanta vagabundería con los dineros del estado en manos de los políticos, que reforme de una vez por todas el sistema de salud y que de una vez por todas les quite ese caballito de batalla a los violentos de decir que su lucha surge de una inequidad que proviene de las propias entrañas del estado.
No aguantamos tanta corruptela.
Es por esto que hoy en día se hace mas importante hacer una constituyente que recoja el clamor de cambio que exige nuestra sociedad, que la elección de quienes habrán de seguir administrando con los pies untados de estiércol las finanzas de nuestra patria.