A los docentes de los Centros –Etno-Educativos wayúu, aun no les firman el contrato.
El fundamento del decreto 2500 de 2010, es la reglamentación de manera transitoria de la contratación de la administración educativa por parte de las entidades territoriales certificadas, con los cabildos, autoridades tradicionales indígenas, asociación de autoridades tradicionales indígenas y organizaciones indígenas. En el articulado N° 5, del decreto en mención, queda explicito que se pretende brindar a los estudiantes una atención eficiente, oportuna y pertinente.
Pero, además, en el parágrafo 2° del articulo 4 también se establece que: “Los contratos que se celebran con los docentes, directivos docentes, que prestaran sus servicios para la atención educativa de la población estudiantil por parte de los cabildos, autoridades indígenas, asociación de autoridades tradicionales indígenas y organizaciones indígenas deberán suscribirse por el termino de duración del calendario escolar y acorde con lo establecido en el decreto 804 de 1995”.Estos, elementos jurídicos, nos permite precisar que la “rebatiña” por la contratación se lleva por delante al mismísimo decreto 2500. Esta,es la razón por la cual el Estado colombiano debe asumir la responsabilidad de la administración de la educación pública.
En este” tira y jala”, los docentes y niños se encuentran en el ojo del huracán. Señalaba, una de las dirigentes, que participó de la protesta en el parque Padilla que “hasta el día de hoy, no se ha podido firmar contrato, porque hay una disputa entre varios operarios por los Centros-Etno-Educativos”. Los docentes, de estos Centros, vienen laborando ininterrumpidamente desde el 27 de enero hasta la fecha. Se desmiente de esta forma, las declaraciones emitidas por el Secretario de Educación Municipal de Riohacha-Alejandro Rutto-en días pasados, en las cuales mencionaba que los docentes no estaban laborando.
Otro aspecto, que denuncian los docentes, es que en este año 2014 se ha disminuido dramáticamente la ración alimenticia de los estudiantes. Los grupos por profesor oscilan entre los 20 y 24 niños, a los cuales les corresponde una libra de arroz. Se preguntaba la docente ¿Qué pueden comer estos niños? con indignación, expresaba “la minuta consiste en ponerlos a hartar agua de panela, todos los días…”
No se puede, cumplir con una minuta, cuando la ración es tan limitada. La carne no es de la mejor calidad, los huevos llegan rotos y algunos dañados. Además, no existe el programa de medición de estatura y peso corporal en los niños. El manejo, que se le da a la manipulación de los alimentos no es higiénico. Significa, entonces que la política existente para contrarrestar la desnutrición en población vulnerable no es más que un discurso hueco. Lo más delicado de este problema, es que la O.N.G-Fundación Luz y Vida- contrato con el municipio de Riohacha, para prestar este servicio en los Centros-Etno-Educativos.
Algo si queda claro. A los operadores, no les importa la educación que reciben los niños wayúu, no les importa la calidad de vida de sus docentes. Los niños wayúu, están condenados, a no recibir una educación de calidad y en condiciones dignas.