–¡Veee! y tú que haceí ahí ni un buen pendejo. –Dijo Luis.
–Aquí manito reflexionando pa ver por quién voy a votar. –Contestó Mario.
–¡Tú eres marica!, y por quién más vaí a votar, por los que van ganando. Dejáte de pendejada. Dejá y yo hablo con un primo pa que nos empiñe, que ahí lo que hay es plata, así que por ron y comía no va a ser. –Respondió Luis.
Mario, con la serenidad que últimamente lo caracterizaba, respondió: –Ese es el tema tuyo, así es que quieres vivir, o es que a ti no te duele tu tierra. Ya ni en la esquina podemos mamar gallo. Para qué me quemo las pestañas en la universidad, si llega un hijo de papi, que ni sabe dónde está parado, a mandar y uno que tanto ha trasnochado estudiando sin una oportunidad; por eso no estoy en venta.
No, compa, ya eso no va conmigo, así me ahogue, así digan lo que digan, yo voy a pensar mi voto, maduré como dice la canción del Cacique, dejé de ser un idiota útil, me ajusté los pantalones, no quiero ver tres pelagatos haciendo y deshaciendo. Yo me quiero, quiero a mi familia y por eso votaré pensando en su bienestar permanente y el día que quiera tomarme un trago, lo compro con mi plata, porque trago de campaña sale caro y aunque dicen que trago gorreado no da guayabo, ese da un guayabo que dura cuatro años; por eso no estoy en venta.
Piénselo, usted está enamorado, lo veo bastante encarretado y con ganas de formar hogar. Vienen los hijos y no aguanta en este desorden. Piénselo, compa, piénselo, porque si ahora esta vaina no sirve, imagínese si deja que las chequeras escojan, esto menos servirá, entonces mejor no traiga hijos al mundo. Si esto no sirve, imagínese una tierra empeñada. Usted sabe lo que come un empeño, porque bastantes cosas perdimos por andar en esas para bandidiar; pero me cansé, yo quiero la tranquilidad de mi mamá, prepararme, disfrutar y vivir en mi tierra y no en tierras ajenas, donde lo sacan a uno ni un perro como ha sucedido con los colombianos en Venezuela; por eso no estoy en venta.
Piénselo, compa, piénselo. No pierda su voto, usted no es novillo pa que lo jalen de un lado a otro, no pierda su voto. El no se pierde por perder el candidato, se pierde si el candidato no vale la pena sin su chequera, ni sin su maquinaria; por eso no estoy en venta.
Luis, todo pensativo, después de esa retahíla que le lanzó Mario, quedó sembrado en el piso y por primera vez con total certeza respondió: Cierto, compita, hasta teneí razón, tanto jodé y jodé ni un buen pendejo atrás y solo lo ven a uno en campaña. Qué salga quien quiera salí, pero esta vez mi voto a conciencia va a elegir, por primera vez este hombre su voto va a pensar y por eso en venta ya no estará… Jajaja y hasta en verso me salió–