El voto en blanco, sigue constituyéndose en una opción legítima del pueblo colombiano para rechazar la inmundicia que ha rodeado el proceso electoral colombiano de cara a las elecciones presidenciales. Hace muchos años, se percibe un cansancio en la clase política en Colombia acicateada por una real incapacidad para solucionar los problemas álgidos de este país. Han tirado, por la borda valiosos principios éticos y han renunciado al discurso de la moral como elementos fundamentales para el fortalecimiento de la democracia. Han adoptado el discurso de la decadencia, la inmoralidad, el discurso de la gran vergüenza nacional. El voto en blanco, es la respuesta de los colombianos a esa vergonzosa forma de hacer la política.
Los medios de comunicación han fracasado en el intento de convertir el voto en blanco en un hecho meramente mediático e intentan minimizar su importancia en el proceso electoral del próximo 25 de mayo. La encuestadora, Datexco, mencionaba que un 28% de los encuestados se inclinan por el voto en blanco en rechazo a los partidos políticos. La misma encuestadora señalaba que un 26% votaría en blanco porque ningún candidato es buena opción. Otro, 14% manifestó, que sufragaría abiertamente de esta manera como una protesta. Significa, entonces que el voto en blanco, lleva implícito el acto de repudio a los desafueros de una clase política enquistada en el poder durante siglos.
Se rechaza, con el voto en blanco, la política neoliberal de efectos catastróficos para el país. Se repudia los tratados de libre comercio y la corrupción. Con esta opción de voto, reprobamos las políticas de miseria y de abandono estatal que se manifiesta en toda Colombia. El 25 de mayo, vamos a censurar la política del paramilitarismo que sigue intacta y causando daño tanto en el campo como en la ciudad.
No apoyaremos gobiernos chantajistas, que después de lanzar bombas lacrimógenas, chorros de agua de gran potencia y golpear con la “locomotora” del Esmad a trabajadores, obreros y campesinos firman actas de acuerdos que después hay que volver a la calle para exigir su cumplimiento. Votaremos en blanco, porque estamos indignados por las ganancias exorbitantes del sector financiero que en el año 2013 fueron calculadas en $6,2 billones, aunque están muy tristes porque en el año 2012, las ganancias estuvieron por el orden de los 37,1 billones. Repudiaremos, en las urnas, gobiernos que han permitido que Colombia se constituya en el segundo país del mundo con más desplazados internos. El estudio del Consejo Noruego de Refugiados, mostró que al cierre del año pasado había 5.7 millones de desplazados en Colombia.
El gobierno del candidato-presidente, Juan Manuel Santos, será mortificado con el voto en blanco al permitir la muerte de centenares de niños wayuu por física hambre. Igualmente por tolerar, el deterioro del medio ambiente en el departamento de La Guajira por parte de la multinacional Cerrejón. La tolerancia gubernamental ante el atropello de que es víctima el pueblo del Caribe colombiano por parte de Electricaribe. Estas son algunas de las razones por las cuales el voto en blanco se constituye en un argumento válido para rechazar las injusticias de un modelo económico que día a día, deteriora las condiciones de vida del pueblo colombiano.
El próximo 25 de Mayo, ante el hecho evidente de la degradación moral que vive la clase política en Colombia, estaremos legitimando la consigna de Jorge Eliecer Gaitán “Por la restauración moral y democrática de la Republica: ¡ A la Carga ¡”
El pueblo colombiano, persistirá en el sueño bolivariano de un gobierno que nos brinde la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. No permitiremos que Santos, Zuluaga, Uribe nos mantengan en el peor de los mundos…el Modelo neoliberal.