“Fear is your only god”
El miedo es tu único Dios.
(Vietnow)
Encontrar bandas de rock pesado o metal con posturas políticas no es muy común. Se pueden contar con los dedos de la mano: System of a Down, Idles (bueno, ellos son algo así como punk), pero tal vez la más radical fue y aún es Rage Against the Machine (rabia contra la máquina). RATM solo publicaron 4 discos, 3 originales y uno de covers que fueron suficientes para ser admitidos en el Rock and Roll Hall of Fame, llenar estadios, y que sus canciones sean himnos en estallidos sociales como el de Chile (Killing in the name of).
Si cualquier desprevenido estuvo en sus toques en vivo podrá contar que antes de empezar a tocar a manera de intro sonaba la Internacional (y en el escenario solo había una estrella roja gigante) ya se podía hacer una idea de qué iba a pasar: una banda de Los Ángeles de izquierda radical, ah, y que la tierra temblara, pues nadie se podía quedar quieto ante la descarga de ese poderoso groove metal.
Eso eran los Rage, una fuerza de la naturaleza. Su vocalista, Zack de la Rocha, es hijo de Beto, un muralista chicano que hizo parte del grupo de arte político “los four”. Zack es un rapero nato, sus letras no dan concesiones: "voy con una escopeta por Rodeo Drive, esta gente no ha visto un negro desde que sus abuelos compraron uno". Al grano.
Tom Morello, el guitarrista, es licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard y es hijo de activistas. Con Zack se conocieron y fundaron la banda, así que no hubiera podido pasar otra cosa sino eso, una agrupación de izquierda en pleno EE. UU.
Sus riffs no son complicados, son ingeniosos y potentes, pero lo innovador son sus solos, son únicos, juega apagando y prendiendo las pastillas o micrófonos de la guitarra, y con los efectos o pedales emula un Dj haciendo scratch con vinilos, eso no se había visto nunca antes.
No hicieron música para hacerse millonarios, la hicieron para dejar un mensaje: empatía por los desfavorecidos, por la gente que está jodida y criticar el sistema o “la máquina”. De ahí parte toda su narrativa, nunca hicieron una balada, es agresividad contenida y liberada cuando se debía hacer. En la canción Freedom se susurra “La ira es un regalo” y a continuación estalla toda la banda.
Y sí, Silvio Rodríguez, por ejemplo, es protesta también, pero no estamos para metáforas poéticas y guitarras acústicas al calor de una fogata; el mundo está muy jodido para leer cosas entre líneas y oír melodías suaves, las letras de Zack van al punto sin ambigüedades:
¿Qué? ¿La tierra de los libres?
Quien te haya dicho que es tu enemigo
Ahora hay que hacer algo
Sobre la venganza, una placa y un arma
Ahora hay que actuar
No tengo paciencia, harto de la complacencia
Ha llegado el momento de pagar
Aveniencia, conformidad, asimilación, sumisión, ignorancia, brutalidad, represión… la élite.
Todos los cuales son sueños americanos.
Conoce a tu enemigo, 1994.
¿Y qué papel juega Karol G en esto? Pues ninguno, precisamente, es la nulidad, el embrutecimiento, como dijo Petro; la falsa humildad de decir que le encanta el perro caliente porque es de “calle” mientras amasa una fortuna de millones de dólares. No estoy diciendo que inaugure el subgénero “reguetón protesta”, eso nunca va a pasar porque lo de Karol es un negocio puro y duro, punto.
Esa máquina de hacer plata pintada de rosa (referencia rosado tusi) orgullo de Colombia no se puede dar el lujo de tomar postura política, eso no es bueno para el negocio. En las entrevistas que da se evita el tema, lo que sí resalta es que tiene una fundación para ayudar a madres cabeza de hogar y a reclusas, buenísimo, pero el impacto de esa fundación solo se podría observar con microscopio, es darle una aspirina a un paciente de cáncer de páncreas.
Si este fuera un país del primer mundo con un bienestar general, pues bien, que se compre una flotilla de aviones si quiere, pero acumular semejante riqueza existiendo 4.9 millones de personas con física hambre y limpiarse la conciencia con obras de caridad es impúdico, grotesco e inmoral.
No sabemos cuántos milloncetes se ahorra en impuestos con la fundación; a Karol, por joven que sea, no le alcanzará la vida para gastarse ese dineral, ¿Qué piensa hacer entonces? ¿Volverse terrateniente? Puede ser, lo que no creo que haga nunca es salir en un concierto con la bandera de Israel o Palestina, eso no es problema de ella, bastante tiene con sus pequeñas tragedias como que se le vare el avión y le toque esperar a que se lo arreglen.
Pero la gente es feliz viendo como les cuentan que por su último tour se ganó millones y millones... qué orgullo, qué empuje, mientras ven cómo carajos pagan la cuota del iphone 15.
Tal vez la letra de la canción The ghost of Tom Joad (original de Bruce Springsteen, pero reinventada en su ritmo por los Rage) sirva para ilustrar mi punto de vista:
El predicador enciende una colilla y le da una fumada, luego se arrastra. Está esperando el momento en que el último sea primero. El primero será el último en una caja de cartón bajo el paso subterráneo, con un boleto de ida a la tierra prometida, con un agujero en tu vientre y un arma en tu mano, buscando una almohada de roca sólida, bañándose en los acueductos de las ciudades.
Pero yo sé Karol, tú no te atreverías a escribir algo parecido, tal vez como dice la muñeca Stacy Malibú de los Simpsons: “No me preguntes eso, yo solo soy una chica”.
Bonus track: ¿se acuerdan de Calle 13 diciendo: “yo me infiltro en el sistema y exploto desde adentro"? Bueno, nada de eso pasó.