El Bullying escolar es un problema que persiste en nuestras escuelas y que puede tener consecuencias devastadoras para los niños y adolescentes involucrados. UNICEF ha arrojado luz sobre la raíz de este problema al destacar que la agresión se aprende, y esta enseñanza se consolida cuando el agresor recibe recompensas positivas de su entorno. Por lo tanto, es crucial abordar este problema desde diversas perspectivas y tomar medidas concretas para prevenirlo y combatirlo.
El papel del entorno en la propagación del Bullying no debe subestimarse. Cuando la conducta agresiva es tolerada o incluso reforzada por el grupo, es más probable que se generalice. Por lo tanto, las estrategias educativas más exitosas contra el Bullying se centran en empoderar a los testigos y crear una cultura de respeto y apoyo en las escuelas.
Es importante destacar que el aprendizaje de la agresión no se limita a las aulas. Los estudiantes que acosan pueden haber aprendido comportamientos agresivos en su familia, entorno cercano, medios de comunicación o las redes sociales. Esto subraya la importancia de los valores culturales y sociales en la promoción o reducción de la agresión.
El acoso escolar puede ser una estrategia calculada para obtener beneficios sociales o poder grupal. Para prevenir esto, reitero, es esencial que el entorno escolar no tolere ni apoye el acoso y que se fortalezcan las habilidades sociales de los estudiantes, fomentando la participación, la negociación y la colaboración.
Recientemente, la Corte Constitucional de Colombia ha emitido una sentencia (T-252 de 2023) que instala a las instituciones educativas a abordar de manera integral los casos de Bullying. Esta decisión se basa en un caso de ciberbullying en el colegio Heveltia de Bogotá, donde un estudiante sufrió acoso por parte de sus compañeros, lo que derivó en graves problemas de salud. La Corte expresó su preocupación por la negligencia de la institución y enfatizó la importancia de actuar de manera oportuna y responsable frente a casos de acoso escolar.
Además, es esencial recordar que el Bullying afecta los adolescentes y jóvenes con identidades sexuales diversas, siendo víctimas frecuentes de acoso en las escuelas, lo que subraya la necesidad de un enfoque inclusivo en la lucha contra el acoso. Recordemos el caso de Sergio Urrego en Colombia y es que de acuerdo con la ONG International Bullying Sin Fronteras, entre enero de 2020 y diciembre de 2021 se presentaron 8.981 casos de matoneo en Colombia. Bogotá (21 %), Medellín (13 %) y Barranquilla (12 %) son las ciudades con más casos.
Aquí quiero señalar que debemos aprender como sociedad de casos impactantes, como el de una joven que fue rapada en contra de su voluntad por su padre como consecuencia de burlarse de una compañera con cáncer. Este incidente nos recuerda la importancia de promover la empatía y el respeto hacia las diferencias entre los estudiantes.
En un mundo diverso y complejo, es fundamental que los jóvenes aprendan a ser compasivos y solidarios con quienes enfrentan desafíos y dificultades.
La educación y la sensibilización son herramientas poderosas para prevenir el Bullying y crear un entorno escolar más inclusivo y seguro para todos los estudiantes. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros como agentes sociales, y debemos trabajar juntos para romper el ciclo del Bullying que se refleja en espacios de aprendizaje como un salón de clase.