Parte de la tragedia de nuestra hermosa pero maltratada patria se resume en que existe un sistema político corrupto fabricado, inoculado y propagado por quienes han ostentado el poder desde siempre, que precisamente lo han utilizado para ganar las elecciones a pesar de gobernar de la peor manera, utilizando todo un catálogo de métodos corruptores con los que han logrado cooptar todo tipo de personas, desde reconocidos líderes y movimientos que se denominan alternativos, hasta gente del común, sencilla, trabajadora, que quiere que el país progrese, pero que suelen caer en el engaño.
En el marco de las pésimas medidas anunciadas por el gobierno recién posesionado, que le dan continuidad a las malas políticas de Juan Manuel Santos y de Álvaro Uribe en materia tributaria, social, de servicios públicos, entre otros, han surgido diversas reacciones, pero entre la gente de a pie, particularmente aquellos que votaron por Iván Duque, se ha visto una sensación de descontento y engaño por lo menos notoria. A su vez ciudadanos que optaron votar por una opción diferente han tomado una pose burlona, revanchista y de superioridad moral, dejando entrever que la responsabilidad directa de las desgracias que ocurran durante el período presidencial de Duque es de los 10 millones de ciudadanos que lo eligieron y que en razón a ello deben ser vilipendiados, censurados e insultados.
Por cuestión de principios debo tomar distancia de tal comportamiento y manifestar que no es así, que es con la gente y no contra la gente, que no es discriminándoles por la forma como conciben el mundo, así no estemos de acuerdo con ello, ni prohibiéndoles que manifiesten su descontento ante algo que les afecte, ni etiquetándolos con adjetivos insultantes, ni dándoles un trato lastimero.
Es todo lo contrario, es con la gente. Es persuadiéndolos mediante un modo paciente y gradual de que fueron víctimas de mentirosos y manipuladores profesionales que gobernarán en contra de los intereses de la gran mayoría de colombianos, y con base a la defensa de esos intereses invitarlos a la más amplia unidad de acción en oposición a la política de Duque, con movilización y organización, para que así sepan y se convenzan de quién realmente defiende sus intereses, y así acepten de manera alegre y gustosa acompañarnos en el más grande y noble propósito que puede tener un verdadero patriota: transformar a su país en un gran país.
