Se cuenta que los términos “izquierda” y “derecha” nacieron por allá en Francia, por eso de la revolución en 1789. Incluso algunos estudiosos del tema se atreven a dar una fecha concreta, unos dicen que fue el 28 de agosto de 1789. Otros dicen que no, que en realidad fue dos semanas después, el 11 de septiembre del mismo año. La verdad, quien tenga razón en la fecha exacta no parece ser de gran trascendencia, ya que hay consenso en cuanto a las circunstancias que dieron origen a los términos. Por lo tanto, lo sensato es que fue en 1789 en el contexto de la Revolución francesa.
De manera simple y automática, cuando pensamos en estos dos términos “izquierda-derecha” inmediatamente viene a nuestra cabeza que son opuestos políticos y no es para menos. Cuentan que el nacimiento se produjo en Versalles en medio de las votaciones en la asamblea nacional francesa. Por una parte, estaban los diputados representantes del clero y la aristocracia a favor de mantener los privilegios del rey, como el veto, manteniendo así al monarca como soberano. Por la otra, estaban quienes se oponían a dicho veto y en cambio proponían que la soberanía residiera en el pueblo. Así cuentan que para facilitar el conteo de las votaciones, además de facilitar la comunicación entre los representantes, quienes se encontraban a favor de los privilegios del rey se situaron a la derecha y quienes por el contrario estaban a favor de la república se hicieron a la izquierda. Y así nació.
Cuentan que al comienzo no se veían como izquierda o derecha, sino que eran conocidos como: la llanura, que era la derecha, y la montaña, que era la izquierda. Y bueno, también hubo indecisos. Estos fueron conocidos como la marisma, los cuales ocuparon, según dicen, el centro de la sala en donde se sesionaba. Entonces la cuestión parecía ser bastante simple. Unos representaban valores del viejo mundo, de las monarquías absolutas, en donde un grupo reducido de personas concentraba para sí todo el poder, mientras la gran mayoría de la población no tenía derecho a nada. Así, lo que se vino a conocer como izquierda levantó, y con éxito, los principios y valores republicanos. Liberté, égalité, fraternité (libertad, igualdad, fraternidad).
La RAE dice que sensato proviene del latín tardío sensātus. Es un adjetivo que viene a significar ser prudente, cuerdo y de buen juicio. Mirando con nuestras gafas de hoy, la Revolución francesa, lo que significó y los cambios que introdujo, ser sensato fue ubicarse a la izquierda. Pues gracias a estos cambios, sin duda alguna, el mundo y en consecuencia el ser humano vivió un avance extraordinario.
En la actualidad, los términos izquierda y derecha están muy presentes en la política, pero tan solo en apariencia. Normalmente se usan como una etiqueta para desprestigiar al otro y hacer de la política un juego peligroso, en donde fanáticos de un lado y del otro se enfrentan. Y ese juego perverso, simple y carente de contenido, en donde lo que se busca es la exaltación política, lo viene usando un extremismo contrario a la historia y el progreso de la humanidad.
Ese juego dicotómico de exaltar la diferencia y excluir al otro. De ver enemigos en todas partes y de dividirnos debe ser superado. Se deben superar esas viejas categorías que nos dividen como religión, estado, nación, izquierda o derecha, etc.
Fue en el año 2000 cuando el Premio Nobel de Química Paul Crutzen popularizó el concepto de la era del antropoceno. Un concepto que viene siendo desarrollado por la ciencia, en donde es la actividad humana la principal responsable de los cambios ambientales que estamos viviendo. Hoy para nadie es un secreto que estamos ante una situación global compleja. Sequías, inundaciones, desastres inmensos, hambrunas, etc. Ante esa situación solo cabe una salida. Y esta pasa por dar una respuesta global a los problemas globales. Actuar como especie. Garantizar la vida, la paz y el progreso. Esto es garantizar la vivienda, educarnos, trabajar dignamente, tener que comer, etc. Necesitamos una nueva revolución del pensamiento acorde a este cambio de era, en donde nos desarrollemos en armonía con el planeta. Necesitamos ser sensatos.
