Un muy posible NO mostrado desde 3.200 mts. de altura sobre el nivel del mar, es como un monolito gigantesco construido por la democracia en “homenaje” al totalitarismo y cuya sombra se extiende aquí abajo, en países que cada vez menos lo ejercían con brutalidad mental, avaricia desmedida, y corrupción del más detestable nivel.
Ese monolito puede ser un garrote de piedra gigantesco que le golpea la cabeza a Evo Morales en sus absurdas aspiraciones de pretender ser presidente de Bolivia por 20 años y probablemente en forma indefinida.
También es un posible garrotazo para los pocos gobiernos que pretendían gobernar por el siglo XXl. Ese golpazo muy fuerte, no solo eliminaría a Evo, sino que aumenta el nivel del tambaleo de Nicolás Maduro, Rafael Correa y Daniel Ortega, al mismo equilibrio que tiene un borracho parado en una hamaca.
Ya caídas Cristina, Y a punto Dilma, este plebiscito donde los bolivianos hasta ahora, de acuerdo los resultados escrutados, le dan ventaja al NO en un 63% y al SI un lejano 36%, lo que es prácticamente tendencia y solo un fraude; perdón. Y solo un milagro lo revertiría.
Le están diciendo NO a el Indio mayor, al Cacique, prácticamente es el impulso que llevaría al final a estos gobiernos que en un momento pretendían fundirse en uno solo como una gran hacienda, dejando por supuesto a eternos administradores en diferentes territorios, en vista de las dimensiones continentales de esa finca.
Pero una vez más, los indígenas (mayoría en la población de Bolivia) le quitarían el bastón de mando al cacique que se quería eternizar en el poder. Los bolivianos mascan hojas de coca pero no tragan entero. Anteriormente ya habían sacado a patadas a presidentes como Sánchez de Lozada, otro corrupto con ambiciones de presidencia indefinida.
Hace dos días en Colombia el presidente Juan Manuel Santos, afirmó categóricamente – léase, no se le puede creer ni una palabra- que la firma de su paz es sí o sí el 23 de marzo, y que si gana el NO, se acaba su proceso de paz.
Pero, insisto ya sabemos cómo es Santos; veamos a manera de ejemplo su última semana:
Lunes: Santos exige que las Farc regresen inmediatamente a Cuba.
Martes: Santos dice que la fecha del regreso será acordada por las partes.
Miércoles: Santos dice que sí o sí la fecha de la firma de su paz es el 23 de Marzo.
Jueves: Santos dice que la fecha de la firma será acordada por las partes.
Conclusión: Las Farc tienen agarrado a Santos por las partes.
Aun así, creo que ese monolito, gigantesco al NO que se comienza a ver allá arriba en Bolivia, creo que podría incidir en la decisión de los colombianos para decirle NO también en el plebiscito de Santos.
Una economía que cae en picada y toca el bolsillo de los colombianos, la lluvia de meteoritos de corrupción que han explotado en las arcas públicas, una pobrísima imagen del 18 % de popularidad de Santos, el desprestigio de las instituciones y el valor de los bolivianos, están formando la tormenta perfecta para que los colombianos también digamos con amor de patria, NO a la paz de santos.
A las Farc, que se cambian de brazalete a conveniencia con el ELN, hay que enfrentarlas y derrotarlas militarmente; sino para qué carajos no sirve tener dizque uno de los ejércitos mejor preparados del mundo.
Los colombianos tenemos algo en común con los hermanos bolivianos que tuvieron los huevos de votar NO.
La malicia indígena. Esa que nos dice que Santos y las Farc nos quieren meter conejo.
Como ya lo hicieron hace apenas unos días.