Hace pocos días, en W Radio habló el excongresista Iván Moreno, uno de los protagonistas del “carrusel de la contratación”. Allí dejó claro rotundamente que en este país muy pocos dirigentes tienen la gallardía de aceptar culpabilidad en un hecho.
Al inicio de la entrevista, al actual preso por la justicia le permitieron hablar de sus padres, espacio que aprovechó para mover sensibilidades señalando la avanzada edad de los mismos y sus achaques de salud, con el objetivo de complementar su ya conocido estado de víctima de la justicia.
Inclusive mezcló lo que para él ha sido una persecución política, que viene desde su abuelo hasta su madre. ¡Pobrecillo!
De la misma manera, indicó que ellos le han dedicado su vida al trabajo social. Es decir, que quien lo escuchara sin saber lo del “carrusel de la contratación”, pues sencillamente pensaría que es un perseguido por su labor humanitaria en el país.
Y es que este tipo de manipulación, claro ejemplo de la psicología del marketing, no solamente lo desarrolla Moreno, sino también la mayoría de políticos involucrados en casos de corrupción. Lo adoptan para mover fibras, hacerse pasar como víctimas y alejarse lo mejor que puedan de aceptar la responsabilidad en un hecho. Ya sea que lo cometieran por acción u omisión. Si no, miren otro caso, el de Andrés Felipe Arias.
Este tipo de actitudes son un mal ejemplo para la sociedad, porque se ve claramente que es un libreto ya establecido por los procesados o imbuidos por sus abogados defensores.
Ya tienen aprendida la carreta y todos coinciden en un mismo lenguaje impregnado de palabras como vulneración, sin derecho a la defensa, atropellos, tristeza, discriminación, incertidumbre, montajes, violación al debido proceso, imposibilidad de ver a la familia, etcétera.
Puntualmente en la entrevista le indujeron a aceptar algún tipo de responsabilidad en los hechos ocurridos en la capital del país, lo que no aceptó. De hecho, más bien decidió continuar argumentando la falta de parcialidad en la justicia, a lo que sumó a Dios y a su inmensa misericordia. ¡Alabado sea el señor!
De lo único que se arrepintió fue de no estar con su familia, todo por estar entregado a su trabajo con la comunidad. Definitivamente, todo un sacrificado...
Cabe señalar que durante este proceso los hermanos Moreno han cambiado de abogados, lo que es visto por algunos como un proceso de dilación, mientras que para ellos defenderse es una cuestión de honor.
En este caso particular de Iván Moreno, se puede hablar de cuando el río suena... y es que es complicado creer en alguien involucrado en uno de los desfalcos más grandes del erario de Bogotá, en el cartel de las ambulancias, en un incendio de archivos en Bucaramanga justo en su alcaldía, en un coincidencial encuentro político en un consultorio odontológico antes de unas elecciones estando en la cárcel, entre otros.
Finalmente, algunos dirán que esto ya se sabía, que no estoy descubriendo nada nuevo o que no aporto nada, pero me excusan, en este país inoculado por la corrupción no sobra recordar episodios de esta realidad.
