RCN vive una crisis creativa tan grande que le tocó refritar, entero, un clásico de hace 30 años. Y eso que no le importó que el remake de la serie se hubiera dejado de emitir hace menos de un año. Café fue muy importante en su momento, le dio voz a las regiones y, además, puso de moda la zona cafetera que en ese momento no tenía los niveles de popularidad que ostenta ahora. Porque mucha gente de otras partes de Europa viaja a los pueblos del Quindío buscando la estela de Gaviota. Y la encuentran en cada casa colonial, en cada cafetal, en las tiendas de Salento que siguen cantando sus tangos.
Si, todo eso es importante pero hasta los clásicos más importantes de Hollywood envejecen y Café ha envejecido. La producción se ve demasiado anacrónica comparada con los recursos técnicos que hoy se tienen. Por eso es que en esta nueva resurrección de Café el ranking ya empieza a hundirse por debajo de los 5 puntos. Es que nada importa, todos vieron el final, todos se saben las canciones y hace poco acabamos de ver a Laura Londoño intentándole llegar a los talones –en vano- a Margarita Rosa.
Piensen en dos estrellas de la televisión nacional que se hayan mantenido vigentes al cabo de las décadas. Ella y Amparo Grisales son lo máximo, las estrellas que más brillan en el universo de nuestra televisión. Margarita es un ícono y RCN debería estar muy feliz de volverla a tener en una producción así sea en un refrito porque su imagen vende así sea el recuerdo que nos trae el universo desde una galaxia muy lejana, desde un pasado en donde Fernando Gaitán todavía era un volcán incontenible de buenas ideas que se fueron demasiado pronto para desgracia de nuestra televisión y del canal de los Ardila, por supuesto.