Hemos conocido la noticia según la cual el Congreso de la República, por iniciativa del senador Roy Barreras, está interesado en imponer el pago de peajes para las motos. Al respecto siento que es un deber pronunciarme.
Muy seguramente esa ley va a pasar porque históricamente hemos dado muestras de que no somos capaces de imponerle nada al Congreso, prueba de ello es que eligió como presidente a alguien sin las calidades humanas, morales o técnicas para ejercer ese cargo. Con esto y pese al sinnúmero de comentarios que se dijeron al respecto, el Congreso mandó un mensaje claro: "Aquí hacemos lo que se nos dé la gana y ustedes solo deben obedecer".
Y es que esta ley no ha sido la única cosa que nos imponen a la fuerza. Les recuerdo: el 4x1000 era un impuesto temporal y ya cumplió 20 años; el Soat es el único bien o servicio por el que todos los colombianos pagamos un 50% de impuestos.; el IVA empezó en el 10% en 1990 y hoy ya va el el 19%; y prácticamente cada legislatura hacen una reforma tributaria porque la plata que recauda el Estado no alcanza.
Además, se crean impuestos para que el pueblo se haga cargo de responsabilidades que le son inherentes al Estado propio, como la estampilla prodesarrollo, proancianidad, prouniversidades, prohospitales o proturismo, como en el Meta. Aunque, por ejemplo, esta última le permitiría ser un departamento privilegiado para promover este campo, la verdad es que ocupamos un deshonroso puesto 16 a nivel nacional en ocupación hotelera... Y eso no es todo, somos del tipo de sociedad que recibe 50.000 pesos cada cuatro años para votar y elegir personajes que nos sacan esa suma multiplicada por diez en más impuestos.
Por otro lado, las estadísticas muestran que de cada $100 que recauda el Estado, $78 son destinados para administrar y $22 son utilizados en vías, salud, deporte, investigación, cultura o arte. Es decir que hacen con nuestros propios cueros y en carne viva las correas con las que nos azotan. Tan así es que en este país a la persona responsable de los bonos de agua, los recursos para los acueductos de municipios como Tasajera, la nombran como ministro de Hacienda, mientras que para sobrevivir a sus habitantes los acostumbraron a limosneros y a atracadores de carros con comida o gasolina.
En fin, hoy pretenden cobrar peajes a las motos para hacer vías que nunca terminan, como la de la ruta del Sol, la que conecta Neiva con Pitalito, la del Chocó, la Panamericana, las de nuestras fronteras o las de concesiones como la de los llanos (que después de 5 años aún no arranca con una palada de tierra y sin embargo sí tienen un recaudo de cerca de medio billón de pesos). Y muy seguramente esta ley va a pasar porque, como ya dije, el Congreso hace lo que se le da la gana. No obstante, por lo que no tendríamos perdón de Dios es que lo hagan sin que los usuarios de las motos, que son en su mayoría los más pobres del país, no digan ni una sola palabra.
Son millones los colombianos que teniendo este humilde vehículo hacen ingentes esfuerzos para la técnicomecánica y para pagar un seguro obligatorio carísimo para que ahora los quieran castigar con más tributos para satisfacer la barriga burocrática y corrupta de nuestra clase dirigente. De hecho, existen cientos de asociaciones de motociclistas que hoy se deben pronunciar en todos los rincones del país para protestar por tan aberrante nuevo impuesto (espero que lo hagan pronto y que no se queden con los brazos cruzados mientras nos siguen despellejando vivos).
Y recuerden, en este país, como dice Mafalda, no hacen falta recursos, lo que nos sobran son ladrones. No al peaje para las motos.