Las catástrofes ecológicas parecen no disminuir en Colombia, quemas de páramos, incompetencia y confabulación del Estado en Hidroituango y, la más reciente, el atentado contra el oleoducto en la zona rural de Teorama por el ELN, como lo informó Ecopetrol por la red social Twitter.
Este atentado a Caño Limón-Coveñas afecta gravemente a las comunidades aledañas a Teorama, como el corregimiento de San Pablo, que toman de esta fuente el agua para su consumo y el de sus cultivos y animales. #NoMásAtentadosTerroristas #CuidemosElTubo pic.twitter.com/9Npaz9wNGX
— Ecopetrol (@ECOPETROL_SA) 13 de febrero de 2019
Así se ve a esta hora el Río Catatumbo a la altura del corregimiento El Aserrío de Teorama, Norte de Santander, luego del atentado a Caño Limón-Coveñas. Trabajamos para contener la mancha de crudo generada por este acto. #NoMásAtentadosTerroristas #CuidemosElTubo pic.twitter.com/TyOUQgViKC
— Ecopetrol (@ECOPETROL_SA) 13 de febrero de 2019
Todos estos hechos de decadencia deberían estar como primicia en los principales medios de comunicación. Los atentados que generan desequilibrios en nuestra ecología, que sin duda tardan cantidad de años en recuperarse, deberían ser objeto de protestas de un pueblo unido que lucha y defiende sus recursos naturales, y no de uno que debate entre daños ambientales buenos y malos. Resulta entonces ilógico creer que un pueblo esté bordeando la polarización para decir quiénes son más malos que otros, por el simple hecho de una ideología de derecha e izquierda. Esto es vergonzoso e inadmisible.
Sería trascendental recordar que el ser humano a lo largo de la historia ha aprovechado los ríos, (que son sistemas naturales) en temas de alimentación, cultivos, y como medios de transporte, entre otros… Los ecosistemas fluviales están divididos en dos grupos de igual importancia cada uno de ellos. El primero está formado por el propio cauce, es decir, el agua que corre por él desde el nacimiento, y el segundo es todo aquel que se encuentra en el entorno inmediato al río, que en la mayoría de veces está formado por bosques y riberas que resguardan cantidad de especies. En el agua que conforma el río hay cantidades de organismos que dependen unos de otros para su sobrevivencia. En esa dependencia, el ser humano también depende de ellos para su vida y economía.
Sin embargo, todas estas manifestaciones de violencia promueven una reacción de polarización. Por un lado, están aquellos que dicen que “el secamiento del río Cauca fue provisional y no causó daños”. Por el otro, están quienes afirman que “el atentado en el Norte de Santander hace parte del dinamismo de la guerra que afronta el país”. Sin duda son hordas las que están conduciendo al país a la desorganización social completa, producto de un sentimiento que refleja el poco amor patriótico y un fanatismo que ha hecho metástasis en el tórax de esta patria desconcertada. La indignación selectiva no tiene cabida aquí.