En medio de toneladas de basura que se apilan en las entradas de los municipios de Manaure, Riohacha y Uribia, que se han convertido en grandes basureros, todas las mañanas llegan decenas de niños y sus familias, buscando residuos de comida o algunos elementos reciclables que puedan vender.
Aunque la situación ha sido denunciada en varias oportunidades por la corporación autónoma regional de La Guajira, la administraciones locales de Uribia no han cumplido con el plan de gestión integral de residuos sólidos, permitiendo que las comunidades se alimenten de las basuras. Situación que está generando enfermedades en las comunidades, especialmente en los más pequeños.
La complicada situación la viven familias que han llegado desplazadas a esta zonas apartadas, huyendo de la violencia en sus territorios ancestrales, pero que ante la pobreza extrema en la que viven se han visto obligados a buscar en los basureros algo para alimentarse.
Varias comunidades han levantado protestas para ser escuchados por el gobierno local y central pero no han sido escuchados. Las comunidades de la alta Guajira exigen atención para los niños y sus familias que se están muriendo de hambre.