Pocas cosas tenemos en Colombia que reivindiquen la identidad nacional, como La Selección. El fútbol como fenómeno de masas, es el deporte que concita el mayor interés y no por casualidad, -en esta cita mundialista- Colombia es uno de los mejores sino el mejor equipo, incluso con posibilidades reales no solamente de ganarle a Brasil en octavos, sino de pelear de tú a tú con cualquier rival en instancias posteriores como la final.
No somos expertos en el tema, ni necesitamos serlo, para afirmar lo anterior. Como simples hinchas, sin caer en triunfalismos, sino con los pies en la tierra, apoyemos el sueño que viene gestándose desde los ochenta, con Maturana y antes con Ochoa, pero que -vaya paradoja- necesito de un técnico extranjero, para consolidarse: el definitivo posicionamiento del futbol colombiano en el mundo. Por algo ocupamos hoy por hoy, el primer puesto en el ranking de la FIFA.
En ese contexto, la posibilidad de ganar la Copa Brasil 2014 no resulta descabellada. Claro, hay que ir día a día. Brasil es un rival de peso y tiene todo a su favor, comenzando con una eventual “ayuda” arbitral y de pronto, otras cuestiones extra futbolísticas. No obstante, no especulemos: el próximo viernes, 4 de julio serán once contra once. Nuestros dignos representantes se jugarán el todo por el todo y confiemos en que el resultado será favorable.
Disoñemos en un país ganador con su Selección, en una Colombia en Paz con una segunda oportunidad para ganar lo que nunca pudo ser en 1986, cuando obtusamente rechazamos la posibilidad de realizar el mundial.
Gracias Selección, gracias Pekerman y gracias a ustedes hinchas de corazón. Celebremos con hidalguía y sana alegría los rotundos triunfos conseguidos, y los que vendrán.
Llama la atención lo colectivo como juega el equipo. Al efecto, traigamos a colación, las palabras motivacionales del técnico:
“Antes de empezar a competir… le tienes que ganar al ego más grande de todos, que es el tuyo.
Tenés que entender que no solo está bien como vos lo hacés.
Que hay otros caminos
Que si vas más rápido que el resto es igual que si fueras el más lento de todos
Que para ser escuchado primero tienes que haber oído.
Para recibir un aplauso tenés que estar golpeando tus propias palmas
Si no sabes cómo hacer algo bueno, te van a gritar, te van a gritar como hacerlo
Y si vas atrás te van a empujar y te van a empujar, hasta llevarte adelante.
Si ganas te van a apretar tan fuerte que vas a querer llorar
Porque cuando se juega en equipo, se celebra en equipo.”
Me perdonan los lectores si hoy cambiamos la temática habitual de nuestra columna, pero la ocasión lo ameritaba. Saludos.
@lusitorey7