El abogado tauramenero Luis Arturo Ramírez publicó recientemente en Facebook, una acertada reflexión del cantautor argentino Facundo Cabral, en donde advierte que “ningún político merece que lo defiendan con uñas y dientes”.
Esto se convierte en una severa lección para millones de colombianos, que actualmente sostienen (desde redes sociales) una batalla campal en defensa de su respectivo candidato presidencial, muchas veces auspiciado por los líderes regionales y hasta por los mismísimos aspirantes.
En ese clima de ortodoxia y fanatismo (que tiene tan aterrado al abogado Ramírez) conviene evocar la advertencia de Cabral a estos “intransigentes” ciudadanos: “Entiéndelo de una vez por todas: [el candidato] no te conoce, no eres su amigo, no le importas. Deja la intensidad”.
Esto se reafirma con el hecho de que sólo los dos actuales candidatos se tomaron la molestia de visitar a Casanare y ninguno suscribió un acuerdo programático con el Departamento.
Aunque no necesariamente este es un impedimento para votar por los mismos, pero si una “anotación” para tener en cuenta y no tomarse “tan a pecho” a la hora de respaldar a un candidato.
Es preocupante no solo los señalamientos entre los candidatos (que se ha incrementado con el furor de la segunda vuelta) sino la condena personal y social en las redes cuando uno se atreve a revelar su inclinación por un aspirante.
Si uno adhiere al ingeniero, se convierte en un “cómplice” del continuismo, en un ciudadano de “segunda” que no tiene la “probidad mental” para dar el cambio, o en un promotor “solapado” del “malévolo” uribismo, que merece ser lapidado sin piedad.
Sin embargo, no es tan cierto que Hernández carezca de un programa de gobierno (propone una renegociación de la deuda externa) o que su posicionamiento se deba sólo a la “trompada” que le dio a un concejal de Bucaramanga, cuando se atrevió a señalar como corrupto a su hijo.
Y si se revela la adhesión a Gustavo Petro, no demora la lluvia de críticas por respaldar a un “guerrillero”, “comunista”, “expropiador”, “compinche” de Fidel Castro y Hugo Chávez, que responde más al desconocimiento, emocionalidad y resentimiento contra la izquierda, y no a una evaluación seria y objetiva al exmilitante del M-19.
A Petro se le reconoce, no sólo su destacado ejercicio del control político en el Congreso, sino una propuesta sensata de no terminar de “feriar” el escaso aparato productivo estatal y una reforma tributaria que sea asumida en su mayor parte por los poderosos de este país.
El reconocimiento de las bondades de estos dos candidatos, va a dejar perplejo a los seguidores de cada uno de estos aspirantes, porque en su “universo” no conciben un reconocimiento al contrario, porque la verdad está reservada a su respectivo candidato.
Sólo se aplaude si el columnista “elogió al nuestro y denigra al contrario”, cuando el fundamento de una democracia es la sana discusión de las ideas, que permite al ciudadano tomar la mejor decisión a la hora de ejercer su derecho al voto.
Pero no como alguien que me pidió no enviarle más mi columna dominical si seguía cuestionando las fallidas visitas de Petro a Casanare o la molestia de muchos amigos cuando cuestioné que Hernández en Yopal no suscribió un acuerdo programático con el Departamento, sino sólo a resolver dos o tres “punticos”, que le “radicara” previamente la comunidad.
El descontento por las críticas rebasa la discusión ideológica o partidista, en donde presencio con tristeza en redes sociales la pelea personal entre amigos casanareños de toda la vida (un feroz enfrentamiento entre petristas y rodolfistas) quienes conjuntamente han trabajado por un mejor Casanare.
Desde aquella vez que a mediados de los ochenta paralizamos el Departamento, al detener el transporte en “Villaparo”, actual intercambiador vial de Yopal, pidiendo a gritos la atención del presidente Belisario Betancur, para una “Intendencia” que infortunadamente seguía enclavada en el atraso de la época colonial.
A esos ciudadanos les conviene tomar al pie de la letra el consejo de Facundo Cabral:
“Bájale a tu fanatismo. No te apartes de quienes han sido tus verdaderos amigos, no dividas a la familia y si en verdad quieres un cambio profundo… mírate fijamente al espejo y empieza a cambiar tú. Ocúpate de ser mejor ser humano”.
Coletilla:
A los seguidores de estas dos campañas no les debe preocupar el futuro de su candidato si es derrotado en segunda vuelta, porque de acuerdo con los cálculos del exsenador Carlos Cárdenas (tan conocedor de estos temas electorales) a Petro le correspondería un total de 90 mil millones de pesos por reposición de votos (incluida la consulta partidista, elecciones legislativas y contienda presidencial)
Mientras que Hernández tendría asegurado por reposición una suma de 60 mil millones de pesos, aún más cuando la inversión de ambos para su campaña en la regiones (incluido Casanare) es más bien inexistente o escasa.
El resto de mortales debemos madrugar a trabajar a primera hora el día siguiente a las elecciones.
Fe de erratas: En mi pasada nota, aseguré que el presidente Ernesto Samper había incumplido su promesa de nombrar a un casanareño en un alto cargo en el Gobierno Nacional. En realidad, el mandatario sí nombró al conservador Reynaldo Venegas Rivera, oriundo de Yopal, como viceministro de Transporte y Obras Públicas ¡Mil disculpas!