Ningún colombiano podrá olvidar los apellidos Nule, Tapia o Moreno. No son famosos deportistas o respetados cantantes.
Son famosos porque entre Manuel Nule, Miguel Nule, Guido Nule, Emilio Tapia y Samuel Moreno -entonces alcalde de Bogotá por el Polo Democrático- gestaron uno de los mayores escándalos de corrupción en Bogotá conocido como el “carrusel de la contratación”.
*Hagamos memoria: El “carrusel de la contratación” fue un fenómeno de corrupción que involucró grandes obras de infraestructura para Bogotá, entre ellas se encontraba la fase III de Transmilenio por la calle 26 y un contrato de compra para aumentar el número de ambulancias en la ciudad.
Según la Secretaría Jurídica de Bogotá, el contrato de Transmilenio tiene irregularidades por 276.000 millones y el capítulo de las ambulancias tiene perjuicios por 90.000 millones.
Es decir, los Nule junto a Tapia y el exalcalde Moreno, nos robaron a todos los bogotanos aproximadamente 366.000 millones de pesos.
En aquel tiempo (2011), los bogotanos tuvimos que aceptar la sanción impuesta a los miembros de esta red delictiva, pues casi a todos se les impuso una pena privativa de 18 años de cárcel, con la salvedad de no tener que devolver el dinero.
Sin embargo, como vivimos en un país con populismo punitivo, el fallo no cayó mal y el caso parecía resulto, gran error. Nos olvidamos de algo importante, todo corrupto es capaz de pagar cárcel si al final sale a disfrutar de lo que se robó, y lastimosamente al final del año pasado esto ocurrió.
El juzgado cuarto de ejecución de penas de Barranquilla fungió de Niño Dios y les otorgó a estos personajes, la libertad condicional el pasado 28 de diciembre.
Con ello, se fueron a disfrutar el dinero de cada una de las personas que pagamos impuestos en Bogotá y que en el pasado ellos mismos desviaron para enriquecerse.
Cabe recordar que estos beneficios -que de por si son difíciles de conseguir- los obtuvieron sin devolver un solo peso, toda una burla para el país y sobre todo para Bogotá.
¿Cómo es posible que se les abrieran las celdas
sin reclamarles un solo peso?
¿Cómo es posible que se les abrieran las celdas sin reclamarles un solo peso? ¿Cómo se falla a favor de unas personas que desfalcaron a la capital del país, sin ni siquiera exigirles un acuerdo de pago o un proceso de indemnización?
Al hacerme estas preguntas recordaba una frase popular colombiana “la justicia es para los de ruana”.
Con este caso, queda claro que la justicia colombiana en temas de reparaciones económica es un “paraíso fiscal”. No tengo presente ningún caso de corrupción en donde los victimarios hayan devuelto el dinero que se robaron.
Ese es el gran error de nuestra justicia, pues en otros modelos de reparación integral, los fallos en casos contra la administración pública son tajantes en materia de extinción de dominio, incluso contra bienes adquiridos lícitamente.
En síntesis, los corruptos responden con todos sus bienes sean o no producto de corrupción.
Para colmo, en una entrevista con el periódico El Heraldo, Miguel Nule afirmó que en realidad el Distrito les debía a ellos 24.000 millones por una póliza de seguro. Habría que recordarle a él y a sus cómplices, los 19 procesos con el Distrito por más de 360.000 millones. ¿Tras de que nos roban, ahora libres y reclamando?
@josiasfiesco