Si se busca información sobre la ciudad chilena de Concón y se añade a la búsqueda palabras claves como “destrucción ecológica”, las primeras frases que vienen son abuso empresarial y dunas de corrupción.
Luego se ve la foto del escudo de ese puerto sobre el océano Pacífico en el que la llamada lechuza bataraz austral, “que habita los bosques de la zona central, litoral y sur de Chile desde el valle del Maipo hasta la isla Grande de Tierra del Fuego”, ocupa la parte izquierda de este mientras que en el derecho se ve un nido de fuego.
Para quien no es chileno o no ha visitado el lugar es difícil imaginar que es asunto de todos los días en esas costas ver cadáveres de focas merodeados por gallinazos. Concón está situada a 130 kilómetros al oeste de Santiago y gracias a esa proximidad o tal vez a causa de ella, el pequeño puerto que fue le apuesta hoy al boom de la construcción y del turismo de masa aunque se tenga que pasar por encima de una de las reservas naturales más ricas de América del Sur.
Solo quienes se dan al trabajo de observar esa vertiginosa degradación ecológica del lugar pueden captar la lechuza bataraz austral sobre una valla publicitaria o al lado de su nido en las dunas, completamente aturdida ante el ruido de excavadoras, pitos, gases, competencias de 4X4 en la arena, fiestas nocturnas y juegos pirotécnicos.
Este es uno de los testimonio más elocuentes que deja Nidal, de Josefina Pérez, Matías Zúñiga y Felipe Sigala, uno de los documentales que participaron en la 30ª Edición del Festival de cine Biarritz que se clausuró hace unos días.
Nidal no obtuvo premios, pero tiene el mérito de ser un cine que no se olvida, que invita a pensar, que nos obliga a investigar sobre el tema y aunque no vayamos a Concón para constatar los daños en esa loca carrera hacia su autodestrucción, nos invita al menos a replicar esa denuncia para que el ecocidio que se está cometiendo en ese litoral del centro y sur de Chile no se reproduzca o se siga reproduciendo en otros lugares del mundo, aunque en muchos de ellos como en Concón sea ya demasiado tarde.
El nombre Nidal imaginado por este colectivo de jóvenes cineastas sensibles al problema medioambiental en su ciudad, pero especializados en cine de ciencia ficción, nos deja la idea de la construcción de un hogar-nido de seres humanos sobre los nidos de decenas de especies animales. Sin movimientos de cámara, narración ni música, el documental “da la palabra” a los animales con planos fijos en los que cámara capta y deja pasar sus movimientos. En tela de fondo aparece la figura humana como elemento intrusivo.
El tema es el siguiente: en el pequeño puerto que era Concón hasta los años ochenta, hoy en la esfera de influencia de Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, se construye con frenesí edificios de oficinas y apartamentos para citadinos que aspiran a la vivienda privada. Esto sobre una reserva natural que ha sido privatizada por nombres que cuentan en la vida política y en la actividad de la construcción en Chile.
Sobre inmensas dunas de arena se construyen hoy edificios de 24 pisos con vista al mar en medio del hábitat de leones marinos, focas, lechuzas y otras especies de aves marinas que tratan de ganarse un espacio entre bloques de cemento, aguas negras, gases de empresas químicas, plásticos flotantes, ruidos de trenes de carga y otros distintivos de la gran ciudad que se abre paso.
“En Concón se encuentra el parque industrial Gulmué, una ciudadela de industrias como Nexxo, Coca-Cola, Embonor, Maggi, ubicado en la ribera sur de la desembocadura del río Aconcagua sobre el océano Atlántico”.
Patricio Guzmán, realizador nacido en Santiago, homenajeado en años pasados en el Festival de Biarritz, ha dedicado su trabajo a la exaltación de la belleza natural de su país confrontada a la fealdad de las actitudes de los hombres.
Nostalgia de la luz (2010) y El botón de nácar (2015) representan esa contradicción. Patricio Guzmán confronta la majestuosidad del cielo chileno y bajo este, el exterminio de comunidades ancestrales de Atacama por colonos europeos del siglo XIX. Los potentes telescopios que esculcan cada noche el cielo nítido de Atacama no pueden localizar los cuerpos de los desaparecidos que podrían haber sido enterrados ahí durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Nidal es un documental que merece ser difundido como exhortación a frenar la destrucción del medio natural en América del Sur confrontada hoy a la codicia de este sistema ultra capitalista.
Palmares 2021 de la 30° edición del Festival de Biarritz, Francia
Abrazo a la Mejor Película, con una dotación de 7000€ para la distribución de la película en Francia
JESÚS LÓPEZ de Maximiliano Schonfeld – Argentina, Francia
Premio del Jurado, con una dotación de 3000€ para la distribución de la película en Francia CANDELA de Andrés Farías Cintrón – República Dominicana, Francia
Mención especial para la interpretación: UNA PELÍCULA SOBRE PAREJAS de Natalia Cabral y Oriol Estrada
FANNY CAMINA de Alfredo Arias e Ignacio Masllorens – Argentina, Francia
Premio del Sindicato Francés de la Crítica de Cine UNA PELÍCULA SOBRE PAREJAS de Natalia Cabral y Oriol Estrada – República Dominicana
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Premio del Mejor Documental con una dotación de 2500€ ofrecida por France Médias Monde
QUÉ SERÁ DEL VERANO de Ignacio Ceroi – Argentina
Mención: VAYCHILETIK de Juan Javier Pérez – México Premio del Jurado estudiante IHEAL1 con una dotación de 1200€ otorgados al director EDNA de Eryk Rocha – Brasil CANTOS DE REPRESIÓN de Marianne Hougen-Moraga y Estephan Wagner – Chile, Dinamarca, Países Bajos |